Le dice una señora a otra: "Lo que más me molesta es que mi marido me cuente una historia y luego me deje a medias". Replica la otra: "A mí lo que me molesta más es que mi marido me deje a medias y luego me cuente una historia"... Los automóviles vienen cada día más equipados. Un cochecito compacto y un auto grande, largo, de lujo, coincidieron en un semáforo en rojo. Saca la cabeza por la ventana el conductor del coche pequeñito y le pregunta al otro: "Tu coche ¿tiene aparato de CD?". "Por supuesto" -responde el conductor del vehículo de lujo. "El mío también -dice el chofer del coche pequeñito-. ¿Y tiene DVD?". "Naturalmente". "¿Y teléfono integrado?". "También". "¿Y tiene cama king size?". El conductor del coche grande palidece. "No -balbuce-; cama king size no tiene". "El mío sí" -dice triunfal el conductor del cochecito. Y sale disparado con la luz verde del semáforo. Mohíno, el dueño del vehículo de lujo fue ese mismo día a un taller especializado en adaptaciones e hizo que le pusieran a su coche una cama king size. Días después iba manejando cuando vio el cochecito estacionado en una calle. Se detuvo, bajó de su vehículo y se asomó por la ventana del compacto. No pudo ver nada: las ventanillas estaban opacadas por una como niebla. Golpeó con los nudillos la ventana. Tras un rato de espera asomó la cabeza el conductor del coche pequeñito. Le dice el dueño del vehículo de lujo con tono victorioso: "Mi coche ya tiene también cama king size". Responde con molestia el del carrito: "¿Y nada más para decirme eso me sacaste de la ducha?"... Un agente viajero le cuenta a un amigo: "Tenía ya un mes viajando. Cuando regresé venía tan ganoso que lo primero que hice al llegar a mi casa fue hacerle el amor a mi mujer". "Me lo explico -responde el amigo-. Y luego ¿qué hiciste?". Contesta el viajero: "Cerré la manguera del jardín, tomé las maletas y entré con mi mujer en la casa"... Si no hubiese nacido yo en Saltillo, mi solar amado, me gustaría haber nacido en Monterrey. Quienes en esa ciudad viven se quejan con razón de los problemas que tiene su metrópoli, problemas propios de toda ciudad grande: las dificultades del tránsito; las inundaciones en época de lluvias; la inseguridad... Yo veo esos problemas, claro, pero advierto también la voluntad de los regiomontanos para resolverlos, y su continuo esfuerzo por hacer de la capital nuevoleonesa una ciudad más bella, más armoniosa y habitable, con más timbres de orgullo ante México y el mundo. Hay un espíritu de trabajo en Monterrey, y un afán constante de superación en todos los órdenes de su actividad. Empresarios señeros le dieron un rumbo definido, pero a la vez fijaron una vocación de humanismo por la cual esa ciudad ejemplar se adelantó muchos años al país en lo relativo a la seguridad social y prestaciones a los trabajadores. A más de todo eso los "regios" son generosos y cordiales. A mí me adoptaron como suyo, y en buena parte me han hecho lo que soy. Ahora que Monterrey celebra un año más de vida -cuatro siglos y ocho años tiene ya- le doy muchas gracias y le digo que éstas son las mañanitas que cantaba el rey David... Le cuenta un tipo a otro: "Mi suegra se fue de mi casa porque no soportaba el olor de mi loción". Pregunta el otro ansiosamente: "¿Qué loción usas?"... Exclama la muchacha con azoro: "¡Santo Cielo! ¡Este dinero es falso! ¡Me violaron!"... En la reunión de amigas todas se sorprendieron cuando una de ellas sacó un puro y lo encendió. "¡Mesalinia! -le dicen asombradas-. ¿Desde cuándo fumas puro?". Responde ella: "Desde que mi marido llegó a la casa inesperademente y vio uno ardiendo en el cenicero del buró"... FIN.