Don Algón, salaz ejecutivo, le regaló a Rosibel, su secretaria, un finísimo abrigo de visón. "¡Gracias, jefe! -exclama ella agradecida-. ¡Esto lo mantendrá caliente durante mucho tiempo!"... Casó Simpliciano, joven candoroso, con Pirulina, muchacha con bastante ciencia de la vida. La noche de bodas él la contempla ataviada con su vaporoso negligé, y le dice en arrebato de adoración: "¡Amada mía! ¡Siento el vehemente impulso de arrodillarme frente a ti!". "¡Ay, Simpli! -le dice ella-. ¡Ni que fuera virgen!"... Un individuo perdió una mano en un accidente, y le trasplantaron otra de mujer. Al paso del tiempo le preguntaban al sujeto: "¿Cómo te ha ido con tu nueva mano?". "Bien, en general -respondía él-. Un solo problema tengo: cuando hago pipí no me quiere soltar"... Doña Jodoncia iba por la calle con su esposo don Martiriano, y vieron a un borracho que salía de una cantina. Le dice doña Jodoncia a su marido: "¿Ves a ese hombre? No quise casarme con él, y desde entonces bebe". "¡Qué barbaridad! -se asombra don Martiriano-. ¿Todo ese tiempo ha estado celebrando?"... El señor y la señora se presentaron ante el juez. Querían divorciarse. "¿Tienen hijos?" -quiere saber el juzgador. "Sí -responde la señora-. Catorce". "¿Y por qué se quieren divorciar?" -inquiere el juez. Contesta el hombre: "Incompatibilidad de caracteres"... Le cuenta un amigo a Babalucas: "Cuando nació mi padre pesó menos de un kilo". Pregunta el badulaque: "¿Y vivió?"... Un viejito de 95 años y su esposa, ancianita de 90, hacían fila tomados de la mano para cobrar su pensión. La señora que iba atrás de ellos le comenta a su marido: "Mira qué hermoso ejemplo. Tan viejecitos y todavía van tomados de la mano". La ancianita escucha el comentario y se vuelve hacia la señora: "¡Qué ejemplo ni qué ejemplo! -le dice-. ¡Lo que pasa es que si le suelto la mano le agarra las pompas a la mujer que va delante!"... Me agrada mucho el sentido ecuménico que está dando a su arzobispado el Cardenal Norberto Rivera Carrera. Participó en la Catedral Metropolitana, al lado del Gran Maestro Genshitsu, en la simbólica Ceremonia del Té, y se dispone a recibir al Dalai Lama en el mismo máximo templo católico de México. La actitud del prelado, acorde con las nuevas orientaciones de la Iglesia, favorece la convivencia entre las religiones y propone un ejemplo de respeto merecedor de imitación. Bueno sería que ese plausible ejemplo lo siguieran todos. En Chiapas, por ejemplo, el fundamentalismo religioso ha provocado una honda división, y es motivo de violencia continuada. Católicos, evangélicos y miembros de otros credos luchan entre sí en un ambiente de intolerancia y odio que causa grave daño a las comunidades y las mantiene en permanente lucha. Mejor habría sido para los indígenas de esa región que nunca les hubiese llegado "la luz del Evangelio", pues para ellos no ha sido signo de paz y de perdón, sino de enfrentamientos y rencores. El fanatismo es ahí un modo normal de ser. Por eso es muy valioso el mensaje que sin palabras propone el Cardenal Rivera, mensaje auténticamente cristiano de paz entre los hombres, verdadero mensaje de amor... El chiquillo le cuenta a su mamá: "Un niño de la escuela me dice 'mariquita'". "Pues pégale" -le sugiere la señora. "Eso quisiera -suspira el chamaquito-. ¡Pero está tan guapo!"... La chica adolescente le pregunta a su papá: "Papi: ¿es cierto que a los hombres se les conquista por el estómago?". "Es absolutamente cierto -confirma él-. Yo me casé con tu mamá porque el suyo le empezó a crecer"... FIN.