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De Política y Cosas Peores

Armando Camorra

¿Recuerdan mis cuatro lectores a aquellos dos enanitos que fueron a Las Vegas? En esa ciudad pecaminosa (y por lo tanto de las más visitadas en el mundo) contrataron los servicios de sendas call girls, y cada uno de ellos ocupó un cuarto de hotel con su respectiva compañera. Al día siguiente los enanitos intercambiaron sus experiencias. Dice el primero: "Pasé una vergüenza muy grande: vi a la muchacha tan alta, tan hermosa y desenvuelta, que a la hora de la hora me puse muy nervioso y no pude hacerle el amor". "Mi vergüenza fue mayor -gime el otro enanito-. Yo ni siquiera pude subirme a la cama"... Me sirve el cuentecillo para decir que nuestra política nacional también se ha vuelto una vergüenza. La acción en que incurrió Bernardo Bátiz, Procurador de Justicia del Distrito Federal, es vergonzosa, indigna. No cabe duda: la inmoralidad se contagia. Este hecho hace pensar que el encargado de procurar justicia se ha inficionado con los bajunos procederes del grupo que rodea a López Obrador, y de su jefe. Sólo así puede explicarse el hecho de que haya desvirtuado tan gravemente su función al avenirse a cumplir un papel de tal manera triste, al obedecer la consigna que seguramente recibió para defender lo indefendible. Cualquier incondicional de López -tiene muchos- pudo haber hecho ese trabajo sucio, el de sacar a la luz el video que Bátiz exhibió. Quizá se le encargó esa tarea al Procurador en un intento de dar respetabilidad al burdo proceder, pero con eso el funcionario abdicó de su derecho a ser respetado. Sin necesidad comprometió imprudentemente su prestigio, lo lesionó en modo lamentable. He aquí un claro ejemplo de la capacidad corruptora del poder, y una evidencia más de que López Obrador y sus paniaguados no se detienen ante nada con tal de sacar adelante su "proyecto". Si el tal proyecto se realiza el País quedará en manos de gente que no tiene la decencia entre sus preocupaciones principales... Mañana saldrá aquí el cuento llamado "El consuelo en la desdicha" o "Bálsamo del afligido". La publicación de ese chascarrillo aumentará la confusión existente en la República... Un estudiante de Medicina que estaba haciendo su internado le comenta a un compañero: "¡Qué razón tenían nuestros maestros cuando nos decían que en el hospital se aprenden cosas que no se aprenden en la escuela!". "¿Qué aprendiste tú?" -le pregunta un compañero. Responde el interno, mohíno: "Aprendí a no agarrarle las pompas a una enfermera cuando sale del cuarto de un paciente llevando el orinal"... Le cuenta Babalucas a un amigo: "Voy a cruzar una paloma mensajera con un perico y un pájaro carpintero. Así la paloma podrá dar los mensajes hablando". Pregunta el amigo: "Y el pájaro carpintero ¿para qué?". Explica Babalucas: "Para que pueda tocar la puerta"... Un hombre de edad madura, habitante de una zona tropical, se desnudó para bañarse en el río. Después de la refrescante ablución se echó a dormir, así desnudo, en la ribera. Sucedió que un bicho ponzoñoso le clavó su aguijón en la más pudenda parte. Despertó el hombre al sentir aquel piquete, y con espanto vio que la parte picada se le hinchaba de modo impresionante. Su esposa llamó a un médico. Llega el galeno, y el hombre se queja, gemebundo: "¡Tengo un dolor terrible! ¡Y mire qué tremenda inflamación!". La señora, presurosa, le indica al facultativo: "El dolor quíteselo, doctor, pero déjele la inflamación"... FIN.

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