Aquella señora le puso un apodo a su marido: "El menudo blanco". Explicaba: "Es pura panza y nada de picante". (No le entendí)... Llega un maduro señor a la ramería del pueblo y pregunta a la proxeneta dueña del establecimiento: "¿Está Jobilia?". "Hoy descansa -le informa la tratante-. Pero están Frinesia, Taisiana y Mesalena". "No, -opone el senescente caballero-. Yo quiero a Jobilia". Inquiere la mujer: "¿Qué tiene ella que no tengan las demás?". Responde el veterano: "Paciencia"... (NOTA: De ahí el nombre de la daifa ausente)... Comentaba un individuo: "Mi suegra hace llaves". Alguien le preguntaba: "¿Es cerrajera?". "No, -precisaba el individuo-. Es luchadora"... Un mexicano del norte fue a París. En la orilla izquierda del Sena se le acerca un sujeto de gabardina y sombrero de ala baja y le propone con misteriosa voz: "¿Fotos pornográficas?". "No" -responde el mexicano. "-¿Boletos para el burlesque?". "No". "¿Una mujer?". "No". "¿Un hombre?". "No". Ya se retiraba el conseguidor cuando el norteño lo detiene por la manga y le pregunta ansiosamente, también en voz muy baja: "Oye, pelao: ¿sabes de algún restaurante de cabrito?"... El niño no permitía que su padre lo besara. "No seas así, Pepito -lo reprende la señora-. Deja que tu papi te dé un besito". "Bueno -se resigna el chiquillo-. Pero que sea del cuello para arriba, no como los que le da a la criada"... En la mesa se inclinaba Capronio a cada rato y besaba la mano de su esposa. Al terminar el ágape la anfitriona felicita a la mujer. "Qué marido tan amoroso tienes, Martiriana. Me emocioné al ver cómo a cada momento te besaba la mano en la comida". "Es que no le pusieron servilleta" -explica humildemente la infeliz... Según cuentan las lenguas vespertinas -así decía un badulaque por decir "lenguas viperinas"- los miembros del Gabinete se reunieron con empresarios del país. Uno de éstos dice a los funcionarios: "Sé que hay en Londres un investigador extraordinario, asesor del Gobierno de Su Majestad y ganador del Premio Nobel de Economía". ("Nobel" sin acento, por favor, y cargando la pronunciación en la última sílaba, pues así, con acentuación aguda, se dice tal apellido en lengua sueca, aunque a nosotros -por el uso- nos sea permitido pronunciarlo como si llevara acento en la o. De cualquier modo se escribe siempre sin acento escrito. Gracias). Sigue diciendo el empresario a los integrantes del Gabinete: "Un hombre genial es ese asesor; capaz de resolver los más arduos problemas sociales. Y me dicen que su especialidad son las crisis económicas en los países subdesarrollados". "¡Caramba! -exclama uno de los miembros del Gabinete-. ¡Ojalá nosotros los mexicanos nunca lo necesitemos!"... ¡Pésimo chiste, columnista guillote e insidioso! ¿Acaso pretendes sugerir que nuestros altos funcionarios no tienen conciencia de la gravedad de la crisis por la que atravesamos? ¡Eres un panoli, menguado escribidor! Corres el riesgo de que tus cuatro lectores queden reducidos a dos, si es que no desaparecen por completo. Por otra parte, si viniera ese preclaro investigador ¿qué nos diría? Lo que sabemos ya, supongo: que uno de cada tres mexicanos vive en la extrema pobreza; que nuestra clase media se reduce cada día más y aumenta el número de los que viven al día, "de milagro, como la lotería"; que todo parece conspirar para empobrecer más a los pobres y enriquecer más al reducido número de ricos cuyo nombre sale cada año en las revistas "Forbes" y "Fortune". Todo eso nos diría el afamado especialista londinense. Y eso nosotros lo sabemos ya... FIN.