¡Aplaudid, manos ociosas!... ¿Para quién pides aplauso, escribidor, en estos tiempos cuando se escuchan sólo silbatinas, siseos, pitos, abucheos, chiflas, mosqueos, gritas y pataleos? Luego diré el nombre de aquel que a mi juicio merece tal sonoro reconocimiento. Antes daré salida a algunos chascarrillos sin sustancia... Afrodisio le pidió la gala de su virtud a Dulcilí. Ella le dijo: "No creo en el sexo antes del matrimonio". Responde el ergotista seductor: "En este caso no se trata de eso, pues no tengo intención de contraer matrimonio"... El inspector de escuelas oyó decir que los maestros a su cargo adolecían de falta de cultura. Decidió aplicarles un examen oral a fin de confirmar la especie. Llama al primero y le pregunta: "¿Quién escribió el Quijote?". El examinado lo miró con expresión vacía. "¡Cómo! -profiere asombrado el inspector: ¿No sabe usted quién escribió el Quijote?". "La mera verdá, no" -responde el ignaro docente. Dice el examinador: "Miguel de Cervantes Saavedra". El profesor se levanta de la silla para retirarse. "Momento -le indica el inspector-. Aún no acabo con usted". "Ah, vaya -replica el maestro volviendo a su lugar-. Yo creí que estaba usted llamando al siguiente profe"... Don Avaricio, hombre cicatero, vivía sus últimos minutos. En torno de su lecho se había congregado la familia. Pregunta el agonizante con voz feble: "¿Estás aquí, esposa?". "Aquí estoy" -contesta llorosa la señora. "¿Están aquí mis hijos?" -inquiere el enfermo. "Aquí están" -responde la esposa, conmovida. Pregunta con acezosa voz el que finaba: "¿Y mis nietos?". "Todos también están aquí" -dice la señora con emoción. Pregunta don Avaricio: "¿Y entonces por qué tienen prendida la luz de la cocina?"... ¡Clap clap clap clap clap clap clap! Aplaudo -y con ambas manos, para mayor efecto- a monseñor Abelardo Alvarado, Obispo auxiliar de la Ciudad de México y Presidente del Departamento de Relaciones Iglesia- Estado de la Conferencia del Episcopado Mexicano. ¿Por qué ese aplauso? Por las palabras que dijo monseñor para señalar que en México es necesaria y urgente la unidad entre católicos y protestantes a fin de formar "una sola voz" al tratar los temas que interesan a la sociedad. Emitir una opinión cristiana acerca de la vida pública, expresó el dignatario, "no es una tarea exclusiva de la conferencia de obispos católicos; tenemos que hacer una acción conjunta con las demás iglesias". En entrevista realizada por Emiliano Ruiz, del Grupo REFORMA, monseñor Alvarado reconoció que la Iglesia Católica vive una situación "crítica y preocupante", por lo cual debe modificar su lenguaje "estereotipado y acartonado", a fin de conectarse con la sociedad. "La gran falla de los obispos -manifestó- es que hemos estado viviendo de nuestras rentas; hemos estado siempre confiados en que México es un país católico". Añadió que la jerarquía se ha referido siempre a las Iglesias evangélicas como "sectas". Ahora es necesaria la unidad. Informó el obispo Alvarado que en Estados Unidos la jerarquía católica firmó hace unos días una alianza con las diversas denominaciones protestantes, a fin de dar a conocer el punto de vista cristiano sobre los temas sociales, y que en México eso no sólo es posible, sino necesario. Ojalá su idea abarque también otros valiosos grupos, como el que representan los judíos. Las opiniones vertidas por don Abelardo contribuyen a fomentar la unión, y corresponden plenamente al espíritu cristiano. Su punto de vista merece aplauso y apoyo general... Una ingenua señora comentó de repente en la merienda: "Mi marido se echa dos diarios". "¡¡¿¿Queeeé??!!" -exclaman al unísono todas las presentes. "Sí -completa la candorosa dama-. Todos los días se echa 'El Clarín' y 'La Gaceta'"... FIN.
