En los próximos días contaré una serie de vitandos chascarrillos que servirán para exornar las conversaciones en las celebraciones decembrinas. Aun sin conocerlos la Pía Sociedad de Sociedades Pías objetó la publicación de todos esos cuentos. Razonó doña Tebaida Tridua, Presidenta Ad Vitam (interina) de la asociación moralizadora: "Si previamente conocemos lo relatos a lo mejor no hallamos motivo para prohibirlos". Por su parte la Liga de la Decencia autorizó la impresión de algunos de esos chascarrillos, pero negó su venia para difundir los otros por considerarlos "abominables y merecedores de toda execración". La pública opinión podrá leer los dichos relatos y formarse su propio concepto en cuanto al valor histórico, literario, filosófico, político y semiológico de las narraciones... Un hombre joven ingresó en cierto club de nudistas y pasó una semana de vacaciones ahí. Una amiga suya que había estado antes en el club le dijo: "¿Verdad que el primer día fue el más duro?". Responde extrañado el otro: "¿Por qué me hablas de usted?". (No le entendí)... Hamponito, el hijo del narco de la esquina, llegó a su casa conduciendo un autobús del transporte urbano. "¿Qué haces en ese autobús, Hamponito?" -le pregunta muy asombrada su mamá. Explica el niño: "Tú me dijiste que para regresar de la escuela a la casa tomara un autobús"... Celiberia Sinvarón, madura señorita soltera, llevó a su casa a un boy scout, adolescente en plena eclosión hormonal. Ahí le dijo con insinuante voz: "Y ahora, joven escultista, voy a decirte cuál va a ser tu buena obra del día"... Por causa de la pugna entre los dos Poderes de la Unión, el Legislativo y el Ejecutivo, esos dos poderes andan sumamente desunidos y no pueden hacer nada. Es inconcebible el estado de las relaciones entre ellos. ¿Cómo puede haber buen gobierno en un país en el cual dos de los tres poderes constitucionales ni siquiera se dirigen la palabra? Estaca Brown. Y sin embargo en México se dio esa ruptura que desde ningún punto de vista se justifica. No es bueno volver la vista hacia atrás, excepto cuando pasa una muchacha de competente caderamen. Por eso no inquiriré las causas de ese quebranto pernicioso. Pero desde el sitial que ocupo (una silla Malinche, de rejillas) doy voz a mi esperanza de que se reanude el diálogo entre los dos poderes, pues la interrupción de su trato -que debe ser permanente, de buena fe y continuo- lesiona gravemente el interés nacional. Ahora bien: ¿por qué yo no soy interés nacional? Porque no me gusta que me lesionen. A nadie le gusta eso, y no voy a constituirme en excepción... El rey Pedipe Segundo tenía un grave problema de alcoholismo. Ya empezaba a ver unicornios de color de rosa. En sus borracheras lo acompañaba su Primer Ministro, hombre servil y adulador. Cierto día, en un banquete real, el monarca bebió de tal manera que cayó al suelo privado de sentido. "Eso es lo que me gusta de Su Majestad -dice el Primer Ministro a los comensales-. Siempre sabe cuándo debe dejar de beber"... FIN.