Bill Etes, magnate de los negocios, se disponía a subir a su automóvil, un coche japonés de último modelo, para ir a jugar su acostumbrado golf del miércoles. Pasaba por ahí Solicia Sinpitier, madura señorita soltera, y vio sobre el tablero del automóvil unos tees, pequeñas bases de madera que los golfistas usan para colocar ahí la pelotita y luego hacer su tiro. "Perdone la curiosidad, caballero -dice la señorita Sinpitier-. ¿Qué son esos objetos?".- "Son tees -responde Bill Etes-. Los uso para poner encima mis pelotitas". "¡Caramba! -exclama Solicia con admiración-. ¡Esos japoneses piensan en todo al diseñar sus automóviles!"... Aquel adolescente lucía una erizada cabellera de color naranja, aretes en la nariz y en una oreja, camiseta de malla, pantalones de cholo y tenis fluorescentes. Le dice a un amigo: "La verdad, no me gusta vestirme así. Pero gracias a esto mis papás ya no me llevan a esas aburridas visitas que hacen a sus familiares"... La encuestadora le pregunta a una muchacha: "¿Qué es lo primero que haces después de tener sexo?". "No me he fijado bien responde ella-, pero creo que lo primero que hago es abrir la puerta del coche"... Un tipo le comentaba a otro: "Me gustaría morir en el sueño, como mi padre, y no gritando de terror como los pasajeros del autobús que iba manejando"... Dos generales de la Revolución eran compadres entre sí. Cayeron prisioneros de Villa, y éste ordenó que fueran pasados por las armas. Ya ante el pelotón de fusilamiento el capitán que dirigiría la ejecución le pregunta a uno de los generales: "¿Quiere usted una venda para los ojos?". Responde el condenado con altanería: "¡A usted y a Villa les pido pura madre!". Le dice el otro general muy alarmado: "¡Compadre! ¡No empeore usted las cosas!"... Una mujer estaba en su casa, en la cama con el mejor amigo de su esposo. Suena el teléfono y ella lo contesta, habla brevemente y cuelga luego. "Era mi marido -le informa al amante-. Pero no te preocupes: dice que va a llegar tarde porque está contigo jugando al dominó"... Recordemos ahora el viejo cuentecito del fulano que sospechaba que su mujer le estaba adornando la cabeza. La siguió una tarde y descubrió que se encontraba con un hombre en un discreto bar de las afueras. Esperó a que salieran, y los vio subir en el automóvil del sujeto y echar hacia la carretera. Los siguió hasta un motel. Los vio entrar en una habitación, y por una rendija de la puerta los vio desvestirse y meterse en la cama. En eso el amigo de la esposa apaga la luz de la habitación, y todo queda a oscuras. Exclama el marido desolado: "¡Ya no podré ver nada! ¿Me engaña o no me engaña? ¿Cuánto tiempo más tendré que seguir con esta tremenda incertidumbre?". Pues bien: también el País se encuentra ahora en una tremenda incertidumbre motivada por la pugna del Presidente Fox y los diputados opositores a propósito del presupuesto. Ningún estado de la República sabe de qué recursos dispondrá, y esa inquietud se extiende a los municipios, a las universidades, a todas las dependencias de los tres niveles de gobierno. De esa situación puede venir una parálisis gubernativa que redundará en daño grave para la República. Nadie diga luego que no se lo advertí... Pirulina se estaba confesando con el padre Arsilio. "Me acuso, padre -le dice-, de que estuve a punto de hacer el amor con mi novio. Pero no lo hicimos: nada más nos frotamos". "Tendrás que dar una limosna de 100 pesos -le dice con severidad el padre Arsilio-. Frotar es lo mismo que follar". La muchacha saca el billete, lo frota en la caja de las limosnas y luego se lo embolsa otra vez. "En ese caso -dice- también frotar es lo mismo que pagar"... FIN.
