A los quince días de casado aquél muchacho fue llamado por el ejército y tuvo que pasarse dos años lejos de su casa. Cuando terminó el servicio puso un telegrama a su esposa: "Llego en el vuelo 705. Tengo tantos deseos de estar contigo que quisiera que hubiera un colchón al pie de la escalerilla''. "Lo habrá -le responde la muchacha-. Pero asegúrate de ser el primer hombre que baja''... El niñito se acerca a su mamá, que estaba embarazada, y le dice muy serio: "Explícame eso del hijo en la panza''. La mamá se turbó tanto que no tuvo palabras para contestar. El papá entonces vino al rescate, y tomando de la mano al niñito lo sentó en sus rodillas y procedió a darle una completísima explicación acerca de los misterios de la reproducción, haciéndole incluso dibujitos y no dejando ningún aspecto sin tratar sobre esa delicadísima cuestión. Cuando termina, después de unas dos horas, pregunta al niñito: "Ahora dime tú, ¿por qué querías saber eso del hijo en la panza''? Y responde el niñito: "Porque cuando nos persignamos decimos ?En el nombre del Padre? en la frente, y luego ?y del Hijo' en la panza''... Las estadísticas médicas no dejan lugar a dudas: la mitad de los casos de cáncer pulmonar y de garganta tienen relación directa con el acto de fumar. A mayor abundamiento se ha puesto de manifiesto un nuevo hallazgo: no es necesario ser un gran fumador -de los de dos cajetillas diarias o más- para estar expuesto a contraer la enfermedad. Aun los fumadores moderados, de los que consumen menos de una cajetilla cada día, tienen un alto porcentaje de posibilidades de convertirse en una más de las víctimas que cada día cobran las múltiples formas que asume el cáncer provocado por el cigarrillo. Así pues, dejar de fumar nos sólo constituye un acto de propia conservación, sino también una expresión de amor a aquellos que nos aman y que nos necesitan. En muchos países los fumadores están ya en vías de desaparición, y en México, donde cada vez en mayor medida se toma conciencia de los riesgos que entraña el hecho de fumar, son muchos los fumadores que diariamente se suman a las legiones de quienes mediante el ejercicio de su voluntad se han liberado de los inconvenientes y graves peligros del pernicioso hábito. En algunas escuelas, principalmente secundarias y preparatorias, los padres de familia y los maestros realizan como parte de su misión educadora campañas para disuadir a los estudiantes de adquirir el vicio y para convencer a los que ya lo tienen de dejarlo. Superar el hábito de fumar es adquirir una nueva libertad, ponerse al amparo de riesgos inminentes y mejorar la calidad integral de la vida. Muchos ex-fumadores pueden dar testimonio de eso. Dejar el cigarro: he ahí un magnífico propósito de año nuevo... El pobre gallo del corral era cieguito. Contaba, sin embargo, con la valiosa ayuda de un servicial perico, que guiaba al gallo para que cumpliera sus tareas en el corral. "Ahí está, gallito -decía el loro-. Avanza un poco. A la derecha, a la derecha. Otros pasitos para adelante. Ahí. Muy bien, gallito, muy bien''. Con la guía y el estímulo del perico, el gallo no tenía mayor dificultad para cumplir con su misión. Un día al amanecer el perico despierta medio adormilado y ve que el gallo se le acerca. "Oye gallito -le dice-, yo soy el perico. Vas mal, gallito. No, gallito. ¡¡¡Gallito!!!''... Le dice un comerciante a otro: ?Quiero poner una tienda -dice un comerciante a otro-, pero no encuentro local en el centro''. "Que eso no te desanime -dice el otro-. Lo único que está en el centro y que siempre ha tenido éxito es el sexo''... FIN.