En el lecho de agonía le dice la mujer a su marido: "Quiero que sepas, Cornulio, que te fui infiel?. "-Santo Cielo! -exclama consternado el pobre tipo-. ¿Cuántas veces??. La señora no responde ya. Pasan 15 minutos. "Entró en coma? -dice con pesadumbre el esposo. "No, -responde ella sin abrir los ojos-. Estoy contando?... En la noche de bodas el ansioso recién casado empezó a manifestar su amor a su flamante mujercita con encendidas caricias, arrumacos, mimos, carantoñas, ternezas, sobos y cucamonas. Ella así animada, se despojó de su ropa. La mira el novio y le dice: "Lisarda: me recuerdas el pavo que mi mamá hizo la Navidad pasada?. "¿Por qué?? -pregunta ella, extrañada ante la singular comparación. Responde el desilusionado galán: "Poca carne y mucho relleno?... El encargado de la encuesta le pregunta al padre de familia: "¿Es usted partidario de la educación sexual de los adolescentes??. "Sí -responde el señor-. Mi hijo adolescente me ha enseñado cosas que yo no sabía?... Al terminar el primer trance de amor en la noche de bodas el recién casado se dispuso a encender un cigarro. Su flamante mujercita le arrebata el encendedor y le dice: "Mi maridito no se debe molestar en encender su cigarrito, porque ahora tiene a su mujercita, y como es su amorcito se lo encenderá con tanto cariñito que hasta diferente le va a saber su cigarrito?. Se lo enciende, en efecto. Y le pregunta: "¿Verdad que a mi maridito le supo diferente su cigarrito??. "Sí -responde el muchacho con ternura-. Es que mi mujercita es muy indejita, y el cigarrito me lo encendió por el filtrito?... Lo recuerdo muy bien. Eran los tiempos del Muro de Berlín. El llamado ?mundo libre? se conmovía cuando alguno de los infelices que querían traspasar aquella inhumana frontera caía abatido por las balas de los guardias. Existe sin embargo en nuestros días una frontera tan inhumana como aquélla. No pasa día sin que algún desdichado perezca al intentar cruzarla, víctima de un anhelo en cierta forma parecido al que impulsaba a quienes trataban de pasar el Muro de Berlín. Esa frontera trágica es la que hay entre México y los Estados Unidos. Cada vez que voy a una ciudad fronteriza veo los periódicos: en ninguna ocasión he dejado de leer que un mexicano anónimo pereció ahogado en la corriente del río Bravo, o de sed en los desiertos del noroeste. Y no era un delincuente ese infeliz, ni un vago o aventurero: era un compatriota nuestro, un hombre humilde que iba en busca de la libertad que da el tener trabajo y ganar un buen salario. Debemos buscar remedio a ese drama cuya injusticia clama al cielo... La señora estaba muy orgullosa de la pérgola -especie de pequeño kiosco para tomar el desayuno o merendar- que había construido en el jardín de su casa. Se preocupó, sin embargo, cuando vio en ella a su hija muy amartelada con el novio. "¡Susiflor! -la llama-. ¿Besaste a Forniciano en la pérgola??. "¡Ay, no, mamá! -responde la muchacha muy apenada-. ¡Fue nada más en la boca!?... La muchacha le salió a su novio, un policía privado, con la novedad de que tendrían que casarse antes de lo previsto. "¿No tomaste ninguna precaución?? -se espanta el novio. "No, -responde ella-. Como tú eres experto en seguridad...?... La elegante, pero casquivana chica, se molestó por el regalo que le hizo su amigo de turno. "Oye, Pecunio -le dice con un mohín de enojo-. El abrigo de pieles que me diste no es exclusivo?. "Ay, sí -contesta burlón el individuo-. Y a poco lo que tú me diste sí es?... FIN.
