Torreón Calidad del aire Peregrinaciones Tránsito y Vialidad

De Política y Cosas Peores

Por Armando Camorra

Si yo fuera alguno de mis cuatro lectores no leería mañana esta columnejilla. ¿Por qué? Porque saldrá aquí un cuento de goliardos cuyo solo nombre causa repeluznos: se llama "El hábito sí hace al monje". La tética -no tétrica- exhibición de Janet Jackson es una rosa de pitiminí comparada con esa vitanda narración. Cuentos así, por su depravación, anuncian el fin del mundo... Don Astasio llegó a su casa al término de un viaje y encontró a su esposa Facilisa en inmoral consorcio de lujuria con un toroso mocetón en quien reconoció al repartidor de pizzas. El infeliz marido se hizo mentalmente el propósito de no volver a comprar pizzas de la marca que el membrudo mancebo repartía -salvo la de salami, que le gustaba mucho-, y luego fue al chifonier en busca de la libretita donde anotaba vocablos de gran peso para decirlos a su mujer en tales ocasiones. Regresó, se plantó con decisión ante el lecho del pecado y profirió las siguientes palabras insultantes: "-¡Pendona! ¡Mesalina! ¡Maturranga!". "-Caballero -le dice el repartidor a don Astasio-. No tiene usted autoridad moral para reprender a su señora en la forma violenta como lo hace. Y no tiene esa autoridad porque usted es un mentiroso". "-¿Que soy un mentiroso?" -rebufa don Astasio. "-Sí señor -confirma el ruin galán-. Dijo usted que iba a regresar mañana, y regresa hoy"... El señor Muiro gustaba de los paisajes campiranos. Fue a conocer una barranca de la cual le habían hablado en términos ponderativos. Llegado al borde de la sima le vino en gana desahogar una necesidad menor, cosa que hizo dirigiendo al fondo de la barranca el líquido correspondiente. Mal había acabado de pagar ese pequeño censo a la naturaleza cuando de pronto ¡splash! le cayó en plena cara lo mismo que poco antes había echado. Demasiado tarde el señor Muiro vio el letrero con el nombre del lugar: "Barranca del eco"... Quienes no están acostumbrados al poder, y de súbito lo adquieren, son inmediata presa de un sentimiento peligroso: creen que ese poder les durará por siempre. Ningún poder es para siempre: he ahí la raíz ontológica de la democracia y del Viagra. En presencia de la buena fortuna el hombre sabio dice: "Esto también pasará". (En presencia de la desgracia también dice lo mismo). De ahí la sabiduría de aquel "Cave ne cadas" ("Cuidado, no vayas a caer") que el esclavo repetía una y otra vez, en forma de monótona cantilena, al oído del aclamado vencedor que entraba en triunfo a Roma. El poder marea, como el vino y como los discursos de los diputados. Por esa sensación de omnipotencia la Primerísima Dama, doña Marta, afronta problemas como el señalamiento que le hizo el Financial Times, de Londres, a propósito de la falta de claridad en el manejo de los fondos de su controvertida fundación, "Vamos México". Uno de los problemas de la democracia es que hay que rendir cuentas. Pensó la señora Marta que su privilegiada posición de esposa del Segundo Caballero la pondría al amparo del escrutinio público. Pero el público escrutinio es muy caón, y la falta de claridad en "Vamos México" se advierte claramente. De haber sabido lo que es la democracia a lo mejor doña Marta habría preferido ser Primera Dama priista... Sonó el timbre de la puerta. La señora de la casa fue a abrir y vio a una chica con un bebé en los brazos. Regresa muy apurada la señora, llama a su hijo mayor y le dice: "-Esa joven afirma que aquí vive el padre de su hijo, y exige que se haga responsable de la criatura. Habla con ella". Va el muchacho, y a poco vuelve muy sonriente. "-Buenas noticias, mamá. El padre no soy yo: es mi papá"... FIN.

Leer más de Torreón

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Torreón

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 72503

elsiglo.mx