A la prima Celia Rima, versificadora de afición, se debe esta redondilla inspirada por los panistas que piden a Marta Fox su retiro de la política: "También se lo pido yo; / con respeto se lo pido. / ¿Qué no aprende a su marido? / ¡Él sí ya se retiró!"... Babalucas estaba con su novia en la sala de la casa de ella. Los papás de la muchacha habían salido; brillaba la luna llena en el jardín. Al fondo del corredor se veía la alcoba de la chica, con la puerta abierta, y la cama, muda pero atractiva invitación. Con anheloso acento le dice Babalucas a su novia: "-¿Verdad, mi vida, que no podemos resistir el llamado de la naturaleza?". "-¡Así es, mi amor! -responde ella con igual vehemencia-. ¡Es imposible resistir el llamado de la naturaleza!". "-Entonces -dice el tonto roque- vamos a ver qué hay en el refrigerador"... Don Coronato, agente viajero jubilado, vivía sus últimos instantes. Junto a él estaba su señora. Con feble voz le dice el lacerado: "-Calandra: ahora que yo me vaya quiero que te cases con el hombre que he pensado para ti. Ha sido siempre fiel amigo, es leal, posee excelentes cualidades morales. Me refiero al compadre Pitoncio". "-¡Uh no! -protesta la señora-. ¡Ronca mucho!"... Don Cruz Treviño de la Garza y Garza, norteño a carta cabal, hizo un viaje por avión a los Estados Unidos. En el aeropuerto de Chicago el agente de migración le preguntó sus datos a fin de llenar un formulario. "-¿Nombre?". "-Cruz Treviño de la Garza y Garza, pa? servir a Dios y a usté". "-¿Edad?". "-65 años, míster, entrados a 66. Los cumplo el próximo 3 de mayo, si Dios me da vida y salú". "-¿Oficio?". "-Agricultor, pa? lo que guste usté mandar". Pregunta el de la migra: "-¿Raza?". Y responde don Cruz con gran sonrisa al tiempo que le daba al gringo una fuerte palmada en las espaldas: "-¡De a madre, caón!"... Tengo el deber de preocuparme por los males que sufre la República. He de confesar que mi preocupación no es de tiempo completo, y ni siquiera de medio tiempo: dedico dos días de la semana a preocuparme; los martes y los jueves, de 10 de la mañana a una de la tarde. De modo que hoy es día de preocupación. Me preocupa la crisis económica de México, pero más me inquieta su crisis política. Si en lo que hace a la sucesión presidencial alguna vez la caballada estuvo flaca, ahora simple y sencillamente no hay caballada. El panorama de los aspirantes se ve desolador. Es imponente la mediocridad de nuestros personajes públicos; todo indica que estaremos en trance de escoger al menos malo en vez de optar por el mejor. Malo el cuento si al frente de la carrera por la Presidencia va un hombre con tantas y tan notorias tachas como López Obrador. Desde luego todavía falta tiempo para que Fox acabe de irse, pero no creo que en estos meses, que se irán volando -así se van todos los meses-, surja de pronto alguien que inspire la confianza que ahora nadie inspira. Para decirlo con pocas pero gráficas palabras: en cuestión de política estamos ligeramente jodidísimos... El inspector escolar visitó el grupo de Pepito. La maestra, deseosa de mostrar el progreso de sus alumnos, les hizo una pregunta difícil: "-¿Qué le dijo Romeo a Julieta en el balcón?". Y se volvió hacia la pizarra para escribir los nombres de los famosos personajes. Ve a la guapa maestra el inspector y dice por lo bajo: "-¡Qué buenas pompas tienes, mamacita!". "-¡Qué buenas pompas tienes, mamacita!" -repite Pepito a voz en cuello. "-¡Sal del salón, niño grosero!" -lo despide, furiosa, la maestra. El chiquillo encamina sus pasos a la puerta. Al pasar junto al inspector le dice entre dientes con rencoroso acento: "-¡Si no sabe pa? qué sopla, viejo indejo!"... FIN.