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De Política y Cosas Peores

Por Armando Camorra

Babalucas, el hombre más tonto del condado, tenía un amigo diestro en el arte de adamar. Quiero decir que era galán muy seductor. Juan Casanovio se llamaba, y tal fortuna tenía con las mujeres que ninguna escapaba de sus redes; todas caían ante el encanto de su seducción. Un día Babalucas le preguntó a su amigo cuál era el secreto de su éxito con las mujeres. "-Es muy sencillo -le dijo el ladies’ man-. Todo consiste en una combinación de ingenio, humor y verba. El hombre que posea esas tres admirables cualidades verá cómo las damas se le rinden, y más si a tales dotes añade la de tener cabello cano, pues las canas confieren a quien las lleva un aire de elegancia y distinción sin par". Así diciendo Casanovio invitó a Babalucas a ir juntos esa noche al lobby bar de un cierto hotel de moda. Ahí, le dijo, le haría una demostración. Fueron, en efecto. Al llegar vieron a dos lindas muchachas, sentadas cada una en un extremo de la barra. "-Observa bien lo que hago con aquella chica -le dice Casanovio a Babalucas-, y luego haz lo mismo tú con la otra". Observado de cerca por su amigo se planta Casanovio frente a la primera chica y le propone de buenas a primeras: "-¿Quieres participar en la rifa de un atractivo premio? La participación es gratis". Responde la muchacha: "-Sí, claro". Le pide Casanovio: "-Di un número del uno al nueve". "-Tres" -dice la muchacha. "-¡Ganaste! -le anuncia con entusiasmo Casanovio-. ¡El premio soy yo!". La muchacha ríe divertida, y le sugiere a Casanovio que, pues ha ganado el premio, la invite a cenar, a bailar, y luego... a ver qué pasa. Sale Casanovio llevando del brazo a su nueva conquista, y al pasar junto a Babalucas le hace un guiño como diciéndole: "-Es tu turno. Haz lo que yo". De inmediato Babalucas se dirige a la otra muchacha. Le pregunta: "-¿Quieres participar en la rifa de un premio muy atractivo? La participación es gratis". "-Desde luego" -acepta sin vacilar la chica. Le indica Babalucas: "-Di un número del uno al nueve". "-Cuatro" -responde con una sonrisa la muchacha. "-¡Chin! -exclama Babalucas desolado-. Perdiste. Te pasaste por uno"... Según antigua sabiduría castellana los reyes debían cuidar de no cometer ningún error. Si alguno cometían, sin embargo, debían "sostenello, no enmendallo", es decir, debían mantener su error, pues corregirlo era indicio de debilidad. España cedió ante el terrorismo. Es cierto. Sólo que eso fue antes. Cedió ante el terrorismo de Bush, que desató en Iraq la violencia de una guerra de agresión que ha costado muchas vidas de civiles inocentes. Tal es el origen de la terrible represalia de los fundamentalistas. Desde luego nada puede justificar los atentados de Madrid, pero se explican por la indebida participación de España en la guerra de Bush. Ahora que Rodríguez Zapatero anuncia su intención de sacar de Iraq a sus soldados, lo que hace es corregir el grave yerro cometido por Aznar, que se metió en un conflicto en el cual no tenía parte. Los españoles repudiaron desde el principio esa intervención; su voto en las elecciones generales fue una manera de pedir el retiro de las tropas. Eso no es ceder ante el terrorismo: es reconocer un error y corregirlo. El verdadero rendimiento, el reprobable, aconteció cuando Aznar cedió ante la presión de Bush y lo acompañó en su criminal empresa de cambiar sangre por petróleo. Rodríguez Zapatero hace volver a España a la justicia y la razón... Aquel extranjero no hablaba el castellano. En el restorán quería un bisté de res. Llama a la dueña y poniéndose los dedos en la frente, como cuernos, hace: "-¡Mu!". Va la mujer a la cocina y dice a su marido. "-Hay un señor ahí que quiere hablar contigo"... FIN.

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