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De Política y Cosas Peores

Por Armando Camorra

Mañana aparecerá en este espacio "El Chiste Político más Rojo de Todos los Chistes Políticos Rojos". Es inconcebible que en un diario con el prestigio de éste se publique semejante despropósito, capaz de hacer que ruborezca hasta un diputado federal. Pero no fueron vanos los sacrificios de los héroes que nos dieron libertad. Sólo por no acotarla -la libertad debe ser libre- se permite que vean la luz dislates tan mayúsculos como aquel desaforado cuento: "El Chiste Político más Rojo de Todos los Chistes Políticos Rojos". No se lo pierdan mañana mis cuatro lectores... Pusilanio, joven tímido, conoció a una linda muchacha y la cortejó lleno de ilusión. Le mandó ramos de flores, chocolates, y un cojín bordado con dibujos de palomitas, corazones y esta inscripción en letras color de rosa: "¡Eres lo máximo!". Seguidamente el timorato galán reunió todas sus fuerzas e invitó a la chica -llamada Pampanosa- a ir con él en su automóvil a un romántico lugar llamado "El ensalivadero". Ahí acudían todas las parejas. Por las noches se oía en aquel sitio un rumor que parecía canto de grillos. En verdad era ruido de zippers que se abrían. Las intenciones de Pusilanio eran honestas: le iba a mostrar a Pampanosa las constelaciones, y le iba a recitar unos versos de Sabines que había aprendido de memoria, sacados de "El cadáver prestado". Ya se ve que el majareta no sabía adecuar la poesía a la ocasión. Pues bien: ni constelaciones ni Sabines. Apenas Pusilanio estacionó su coche Pampanosa se le echó encima con ánimo evidente de libídine. Se sorprendió el imperito galán, pues no iba preparado mentalmente para esa circunstancia. La madre naturaleza, sin embargo, lo preparó físicamente, que es lo que cuenta más en tales casos, y en el asiento trasero del vehículo se consumaron las urentes nupcias. Haré una revelación interesante: era la primera vez que Pusilanio recorría aquel camino. Al terminar el trance le pregunta ansiosamente el galán a su dulcinea con inquietud propia de amador novel: "-¿Quedaste satisfecha, Pampanosa?". "-No lo sé todavía -responde ella-. Depende de cuánto me pagues"... José Murat no merece un bien tan grande como Oaxaca, y Oaxaca no merece tan grande mal como Murat. Yo no puedo decir si este señor sufrió o no el atentado que dice haber sufrido. Lo que sí puedo asegurar es que casi nadie ha dado crédito a su dicho. Esto significa que Murat ha perdido toda credibilidad, que nadie se fía de él. Y eso es cosa muy grave para cualquier político. Salvo error o locura de la gente, de ésta no se levanta ya el borrascoso priista. Lo espera la derrota electoral y el forzado exilio de una tierra noble y generosa que quiso convertir en cacicazgo personal... El oftalmólogo termina de auscultar concienzudamente a la linda muchacha. Le había pedido desnudarse por completo para hacerle un examen detenido. Acabada la revisión le dice: "-Ya puede usted vestirse, señorita Rosibel. En el estudio que hice de su cuerpo por medio del tacto no encontré nada anormal. Voy a examinarle ahora los ojos. Quizás ahí esté la causa de esas manchitas negras que ha estado viendo últimamente"... Lord Grandballs estaba bebiendo su acostumbrado litro de whiskey en el club -eran las 7 de la mañana- cuando se le plantó delante lord Feebledick, y ante el asombro de los circunstantes le dijo estas palabras que todos alcanzaron a escuchar: "-Señor mío: sé que anda usted en tratos ilícitos con lady Loosebloomers, mi mujer. Y quiero hacerle una advertencia". "-Usted dirá" -responde lord Grandballs poniéndose en pie. Le dice con firme voz lord Feebledick: "-Si sigue usted con ella se la voy a dejar"... FIN.

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