He contado aquí cuentos absurdos. Y cuentos crueles he contado aquí. Hoy narraré el más absurdo y cruel de cuantos cuentos es dable imaginar. Se llama "Historia de un ladrón"... "En un país lejano situado en la parte occidental del Cercano Oriente nació un niño cuyo destino fue desde pequeño ser ladrón. A los seis años se robó una canica. Conforme a la ley prescrita por el Sagrado Libro le cortaron un dedo, el meñique de la mano izquierda. Un año después cometió el hurto de una pera. Le cortaron el meñique de la mano derecha. Cuando cumplió diez años se robó un par de babuchas. Le cortaron el anular izquierdo. Luego a los 15, sustrajo de la caja de su padre una moneda. Le cortaron el anular derecho. Así, de robo en robo, fue perdiendo todos los dedos, hasta que le quedó nada más el índice de la mano derecha. Entonces aquel muchacho salió de su país y logró llegar a los Estados Unidos. Ahí siguió robando". "-Espere usted -interrumpe un oyente-. ¿Cómo podía seguir robando ese hombre si le quedaba nada más un dedo, el índice? ¿Qué podía robar así?". Contesta el narrador: "-Donas"... De veras: ¡qué absurdo ese cuento, y qué cruel!.. Un muchacho se presentó a sí mismo: "-Mi nombre es Encore Flores" -dijo. "-¿Encore? -se extraña la anfitriona-. Qué raro nombre. ¿Por qué te bautizaron así tus papás?". Explica el joven: "-Eran músicos, y yo no estaba en su programa"... El padre Arsilio reprendía con indignación a un feligrés. "-Me he enterado, Pitoncio, de que tienes una esposa aquí y otra en un rancho que está a diez kilómetros de aquí. ¡Cómo es posible?". "-Tengo bicicleta" -responde el tipo imperturbable... Le cuenta Pirulina a Rosibel: "-Ayer salí con un pelotero de beisbol. Me quiso besar y le di una cachetada. Al punto me arrepentí de habérsela dado". "-¿Por qué? -pregunta Rosibel. Explica Pirulina: "-Estaba mascando tabaco"... El ganadero texano hablaba de su rancho: "-Se llama OK Corral Double Zero Triple M Big Bar Eleven Brothers Little Tree White Creek New K Black Circle Crooked S". "-¡Qué nombre! -se admira una muchacha-. Supongo que ha de tener usted muchas reses en su rancho". "-Ni una sola -confiesa el ganadero-. Cuando vieron el hierro de marcar todas salieron en estampida"... Llega una chica a la librería. Pregunta al encargado: "-¿Tiene un libro que se llama ‘Amor y matrimonio’?". Responde el librero: "-Son dos libros distintos"... Don Geronte, caballero senescente, le confiesa a su amigo don Vetulio: "-Debo estar haciéndome viejo. Me acuesto y me quedo dormido en el acto". "-Entonces yo me estoy haciendo más viejo todavía -replica con desconsuelo don Vetulio-. Yo me acuesto y me quedo dormido antes del acto"... No es que proponga yo que para ser presidente de la República se deba ser licenciado en Derecho. Lejos de mí tan temeraria idea. Conozco el grave daño que algunos abogados le hicieron a este país cuando fueron presidentes. Lo que sí me atrevo a asegurar es que muchos de los males que sufre ahora México han derivado de la falta de respeto al orden jurídico. El desconocimiento de lo que es la ley lleva a mirarla con desdén, y de ahí a violarla no hay más que un paso (72 centímetros, aproximadamente). En buena parte el bien de la República se finca en el estricto apego a la ley por parte de todos los protagonistas de la vida pública. El camino se tuerce cuando unos piensan que la ley se hizo nada más para los otros. No hay razón que justifique el apartamiento de la ley. Lo digo porque todos estos "videoescándalos" están quedando en eso: en escándalos de video. Del conocimiento de la corrupción no ha derivado todavía acción concreta alguna para castigar los eventuales delitos que de ella pueden resultar. ¿Nos vamos a convertir en un país de cínicos?... FIN.
