Lord Feebledick entró en la alcoba conyugal y sorprendió a su esposa, lady Loosebloomers, en torpe trato de carnalidad con el guardabosque Wellh Ung, fornido mocetón. A nadie habrá de sorprender que a la vista de ese tan deplorable cuadro haya prorrumpido el lord en clamorosos dicterios de mucho peso y significación. Aplicó a su mujer calificativos que no me es dable publicar aquí. A tales magnílocuos denuestos respondió lady Loosebloomers con tono quejumbroso: ?-Eres injusto, Feebledick. Yo te perdoné aquella vez que no me acercaste la silla en el restaurante?. (Con todo respeto me permito hacer notar a lady Loosebloomers que no hay comparación posible entre las dos transgresiones. La cometida por lord Feebledick es una simple falta contra las llamadas reglas del trato social, o urbanidad. Merecería, a lo más, un simple extrañamiento por parte del señor Carreño o de Ms. Amy Vanderbilt. En cambio la conducta de lady Loosebloomers no sólo es reconvenida por la religión y la moral: además aparece tipificada como delito en la legislación penal, llamada también punitiva o criminal. Y ¿qué decir del execrable comportamiento del guardabosque? Por atender su actividad concubinaria descuidaba sus faenas de guardabosque -sobre todo la incubación de huevos de faisán-, en palmaria contravención de todas las normas laborales. No es posible vivir en sociedad cuando se muestra ese evidente desprecio por las leyes. Hay quienes preguntan: ¿de dónde venimos? Yo más bien interrogo: ¿a dónde vamos? ¿Nadie me responde? ¡Ah, entonces de seguro nos dirigimos a la anarquía o al caos! ¿Cuál de los dos extremos será peor? Creo que el caos.... Durante siete décadas los mexicanos padecimos al Prigobierno. Después de julio del 2000 pensamos que dejaría de existir la viciosa confusión entre un partido político y el Gobierno de la República. Estábamos equivocados. Hay quienes quieren que exista ahora un Pangobierno. Manuel Espino, secretario general de Acción Nacional, llama ?desleales? a tres Secretarios de Estado ?el de Hacienda, Francisco Gil Díaz; el de Educación, Reyes Tamez, y el de Agricultura, Javier Usabiaga-, y los acusa de no fincar sus actuaciones en los programas del partido. En el fondo la queja de Espino se origina en la absurda pretensión de que todos los cargos y empleos en el Gobierno federal sean ocupados por panistas, sin considerar criterios de eficacia e idoneidad. El hecho de que los tres secretarios mencionados sean descalificados por el panista equivale en verdad a un reconocimiento a su independencia personal y al mérito de poner el interés de la Nación por encima de banderías políticas. Desde ese punto de vista Gil Díaz, Reyes Tamez y Usabiaga, merecen medalla de oro, pues demuestran estar trabajando por México, no por el PAN... Cierto diplomático extranjero acreditado en México adquirió un anillo de compromiso en una joyería del populoso barrio de La Lagunilla. ?-Por favor -pidió al joyero-, ponga en la sortija las iniciales de mi novia. Se llama Pelagia Ulpiana Tirmon Agranot?. Se queda pensando el de la tienda y luego sugiere: ?-¿Qué le parece si mejor le pongo sencillamente ?TE AMO???... Doña Ignaria, nueva rica, no entendía mucho de arte. Conversaba con su flamante amiga, la señora Highrump, y ésta le dijo: ?-Ahora me dedico a la pintura. En estos días pinto una naturaleza muerta?. Arriesga con cautela doña Ignaria: ?-¿Un retrato de tu esposo??... FIN.
