No se puede negar: la muchacha estaba algo gordita. Un poco pasada de kilos, ciertamente, pero sin perder ese atractivo que tienen las mujeres de buena carnadura, y que Peter Paul Rubens, conocido pintor (1577-1640), supo apreciar tan bien. Por eso no es extraño -aunque sí muy reprobable- que el médico, cuando la vio, le pidiera que se quitara la ropita, y luego, tendiéndola sobre la mesa de auscultación, empezara a darle en todo el cuerpo unos ruidosos chupetones que al mismo tiempo parecían de gula y de lujuria. Le pregunta la bella gordita al galeno con ansia e inquietud: ?-¿De veras, doctor Lamisco? ¿Así se hace ahora la liposucción??... Cuatro formas tiene esta columneja de expresar críticas adversas. La de primer grado -la menos severa- consiste en una simple admonición hecha en términos comedidos y morales. La de segundo grado es una trompetilla o pedorreta que al mismo tiempo es muestra de execración y burla. La crítica de tercer grado la hace Ianni Tzingas, personaje que censura con acrimonia el desmán hecho. Y la más rigurosa forma de condena, rarísima vez usada, es la canción de Frank Sinatra llamada ?Trátra Tratrátra?, reservada para organizaciones como ETA y Al Qaeda o infrahombres como Ossama bin Laden y Ariel Sharon. Pues bien: hoy se emite una reprobación de segundo grado -trompetilla o pedorreta- contra los diputados del PRD y el PRI que por meras represalias de politiquería evitaron que el Presidente Fox recibiera una medalla otorgada por la FAO. La necia acción de esos políticos de campanario no causó daño a Fox: perjudicó al país, pues otra vez dio al mundo la imagen de los bajunos niveles en que se mueve ahora la vida pública de México. Sale, pues, la trompetilla: ¡¡¡PTRRRRRRRR!!!... Y lo que son las cosas: perdieron sus medallas Fox y Andrew Schallen, científico polonés, Premio Nobel de Medicina -sin acento el apellido, por favor- a quien le robaron sus condecoraciones en Cancún. Yo, en cambio, recibí una bella presea en la dedicatoria que me hizo de su cartón de ayer Paco Calderón, amigo generoso, sin duda el caricaturista mexicano más leído y más comentado. Admiro a Calderón por su trabajo periodístico. Se afirma que la imagen dice más que las palabras: en él la palabra y la imagen dicen cada una lo suyo, y lo dicen al mismo tiempo con gracia y con hondura. Pero más admiro a Paco, sin embargo, por su calidad intelectual y humana: es hombre liberal -hombre de pensamiento libre-, y es sapiente, cordial y bondadoso. En una ocasión el periódico ?El Norte? nos invitó a hacer juntos unas calaveras, y desde entonces guardo su amistad como un regalo de la vida. Gracias por esta dedicatoria, Paco, imagen y palabra tuya, que me iluminó y me llenó de alegría. (Vaya aquí mismo mi agradecimiento a todos los colegas y lectores que en el radio, la tele, los periódicos, el correo, o de modo personal, me echaron también sus porras estos días)... Llegó Capronio a su casa y vio sobre la mesa de la cocina una carta que su mujer le había dejado. Decía el mensaje: ?Hasta nunca, esposo mío. Me voy a la j... No puedo resistir más esa indiferencia tuya que ha llevado al excidio nuestro amor de otrora. Tus p... me tienen ya hasta la m...?. (NOTA: La singular forma de redactar de la señora se explica si se toma en cuenta que era alumna de dos talleres literarios diferentes, uno que propugnaba las formas cultas de expresión y otro las populares). ?Sólo volverás a verme en la eternidad -seguía la misiva-. A ver qué ch... haces. Posdata: Como última muestra de consideración te dejo un sándwich de atún en el refrigerador?. ?-¡Dios mío! -exclama Capronio desolado-. ¡Otra vez sándwich de atún!?... FIN.