¿De qué materia está hecha la democracia? (Uno de mis cuatro lectores se mete en la columna y exclama: "-¡Ya va a empezar éste con sus haladas!". Y aspira la hache del último vocablo a fin de dar mayor fuerza a su declaración). El columnista, impertérrito, itera la pregunta: ¿De qué materia está hecha la democracia? Hace una pausa el escribidor a fin de recibir las respuestas que de seguro su interrogación suscitará. Pero nadie responde a la pregunta. Se hace un silencio más hondo que el provocado por aquel conferencista que afirmó solemnemente: "-Nadie sabe qué sigue después de la muerte". Una señora levantó la mano: "-Yo sí sé. Siguen la pera, la bandera y el bandolón". Como nadie responde su pregunta el columnista hace lo mismo que con frecuencia se ve obligado a hacer: suplir las omisiones del Universo. Y dice lo que a continuación puede leerse. De varias materias está hecha la democracia, pero una de las principales se llama "la otredad". Eso significa que nadie puede ser democrático sin reconocer la existencia de "el otro", es decir, de los demás, de sus derechos y del sitio que les corresponde ocupar en el escenario de la vida pública. Tal escenario debe ser muy amplio, tan amplio que los abarque a todos, aun a las minorías más menores, si me es permitida la expresión. La "otredad" implica la tolerancia, el respeto al adversario -que no enemigo-, la aceptación de la diversidad y el pluralismo, el debate racional de las ideas y, finalmente, la aceptación de la voluntad mayoritaria. De tales ingredientes está hecha esa substancia sin la cual una sociedad no puede pervivir. Tomemos en cuenta eso ahora que los políticos andan como perros y gatos dicho sea sin ofensa para tan útiles animalitos... Cumplido su deber de orientar a la República el columnista guarda su pluma en el plumier y da salida a una breve sucesión de cuentos para exornar los ocios del fin de semana... El elegante caballero llegó a la reunión evidentemente intoxicado por el alcohol, pero dispuesto a conservar su dignidad. La dueña de la casa le presentó a sus nietos, unos lindos gemelitos idénticos. "-¡Caramba! -exclama el caballero luchando por ocultar su estado de imbibición-. ¡Qué hermoso niño!"... Babilia, muchacha un poco tonta, le informó a su mamá que su novio la había puesto un poquitín embarazada. "-¡Oh! -dice la señora, cuyo catálogo de interjecciones era más bien limitado-. Supongo que ese muchacho te hizo una promesa. ¿La va a cumplir?". "-Claro que sí, mamá -asegura Babilia-. Ya me dijo que puedo quedarme con el bebé"... Bustolina Grandnalguier, vedette de moda, fue vista varias veces en compañía de un octogenario. Una amiga le preguntó: "-¿Por qué andas con ese carcamal?". Responde Bustolina: "-Tiene una cualidad que muy pocos hombres poseen: alrededor de mil millones de pesos"... Comentaba una muchacha hablando de su compañera de trabajo: "-Pirulina consigue ropa nueva de la manera más sencilla: se quita la que trae"... La señora vivía sus últimos momentos. Le dice a su marido: "-Tengo una petición final que hacerte, Cabronio. El día de mi funeral quiero que vayas al panteón en el mismo automóvil donde vaya mi mamá". "-Está bien -gruñe él-. Pero eso me echará a perder el día"... Una señora de condición humilde era madre de 11 hijos. Pidió la ayuda de la beneficencia para mantenerlos. Le pregunta la trabajadora social: "-¿Y su marido?". Responde la prolífera mujer: "-Me abandonó hace 10 años". La muchacha se asombra. "-¿Y todos esos hijos?". Explica la señora: "-Cada año viene él a disculparse"... FIN.
