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De Política y Cosas Peores

Armando Camorra

Hoy aparece aquí uno de los más tremebundos chascarrillos publicados por esta columneja. Se llama "Lasciate ogni speranza voi ch’entrate", frase que trasladada a nuestro idioma significa: "Abandonad toda esperanza, vosotros que aquí entráis". La frase no es mía, por más que algunos hayan creído advertir en ella trazos de mi estilo: pertenece a Dante. Con vehemencia suplico a los lectores de moral rigurosa aparten su mirada de ese escrito, pues podría sufrir su candidez. Lejos de mí la temeraria idea de herir algún recato. Quien se sienta capaz de arrostrar tan grande badomía sin desdoro de su integridad, encontrará tal cuento en la parte final de esta sección... Cumplo ahora mi deber de orientar a la República, y le digo: República, no le tengas miedo a la privatización. Por el contrario, recela de los antiguos moldes estatistas. La Historia es ineluctable. (Asoma la Historia y dice con energía histórica: "-Antes de seguir adelante exíjote me digas qué quiere decir "ineluctable". Así podré normar mi reacción"). La voz "ineluctable" significa "inevitable; aquello contra lo cual no puede lucharse". (Asoma la Historia y dice: "-Ah, bueno"). La tendencia de la Historia apunta hacia el fortalecimiento de los particulares en todas las funciones de contenido económico, aun en el aprovechamiento de recursos que algunas legislaciones nacionales consideran "estratégicos". Probada está la ineficiencia del Estado cuando se mete a empresario. Nuestros padres se enorgullecieron con la expropiación del petróleo, pero vacila ahora nuestro orgullo cuando sabemos -no se puede tapar el sol con un dedo- que la gasolina mexicana cuesta el doble que la de Estados Unidos sin alcanzar su misma calidad. No habrá argumento capaz de convencer a un consumidor de que nuestro sistema es mejor que el del vecino. En tal virtud, República, es plausible todo paso que se dé hacia la privatización, es decir, hacia la libertad. Me dirás: corre riesgo la Nación al poner en manos de particulares -que bien podrían ser extranjeros- servicios o recursos "estratégicos". Una adecuada legislación puede impedir ese peligro. Lo dicho: en el futuro habrá en el campo de la economía cada vez menos Gobierno y cada vez más ciudadanos. Tal es el rumbo de la vida económica internacional. México no puede quedarse a orillas del camino. Espero, República, que con esto hayas quedado orientada... Y ahora he aquí el execrable chascarrillo mencionado ut supra, o sea arriba... Llegó un cierto sujeto a los infiernos, condenado por su mala vida a estar ahí. Fue recibido en la puerta por Luzbel, mayor entre todos los demonios, quien le dijo: "-Tenemos en el infierno tres castigos. Deberás escoger uno de ellos como tu pena para la eternidad". Así diciendo lo condujo al interior. "-Éste es el primer castigo" -le mostró. Se hallaba un individuo rodeado de feroces demonios que arrojaban sobre él cubetazos de plomo derretido. El recién llegado tembló al mirar aquello. "-Éste es el segundo castigo" -le enseñó Luzbel. Estaba otro individuo cercado por espantosos espíritus malignos que entre gritos y blasfemias lo punzaban con sus tridentes al rojo vivo. El sujeto tembló a la vista de aquel crudelísimo castigo. "-Éste es el tercero" -le señaló Luzbel. Se encontraba un tercer individuo de pie. Frente a él se hallaba Mónica Lewinsky, recién llegada a los avernos. "-Escojo este castigo" -dijo apresuradamente el sujeto. "-Muy bien" -acepta Luzbel-. Luego, dirigiéndose a la pareja, ordena: "-Que descanse la condenada Mónica Lewinsky. Llegó un nuevo condenado"... (No le entendí)... FIN.

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