Torreón Calidad del aire Peregrinaciones Tránsito y Vialidad

De Política y Cosas Peores

Armando Camorra

Este día voy a enunciar una tesis que no tiene más pretensión que la de ser indiscutible, irrefraga-ble, incontrovertible, irrecusable, irrebatible, impepinable e inconcusa. Posiblemente esa tesis hará que el continente americano se estremezca, pero en verdad no es tal mi intención. ¿Quién soy yo para andar provocando estremecimientos? No me gustaría que al ir por la calle la gente me señalara con el dedo y dijera: "Mira: a ése que va ahí le gusta provocar estremecimientos". No soy partidario de estremecer a nadie. El tono que me gusta es el menor, generalmente Mi. Sin embargo la teoría que enunciaré en esta columneja no puede esperar más. Me bulle en el cerebro -muchos espacios vacíos hay ahí para bullir- y debo sacarla a luz para librarme de ella. Si eso provoca un estremecimiento tal consecuencia, lo digo con sinceridad, no estaba dentro de mis planes... Preocupación y pánico. ¿Qué separa a estos dos conceptos? Los separa un período de aproximadamente 28 días... Llegó un vendedor de cepillos a una casa. Le abrió la puerta la señora, una mujer guapísima de opimos atributos corporales tanto en la región torácica como en la glútea. La bella dama estaba completamente en peletier, o sea en cueros. "Me gusta andar así en mi casa" -le informa al estupefacto vendedor. Y lo invita a pasar. "Vendo cepillos" -le dice éste tratando de actuar con naturalidad. "Excelente -responde la señora-. Precisamente es lo que me hacía falta. Tomemos una copa para celebrar esta afortunada coincidencia. Luego iremos a mi recámara y ahí podrá usted hacerme una demostración". En efecto, la señora sirvió un par de copas. Luego los dos pasaron a la alcoba. El agente, nervioso y trasudando, hizo la demostración de su mercadería. La señora, que para entonces daba ya ciertos indicios de aburrirse, le compró un par de cepillos. El vendedor se despidió. Ya afuera le dice el tipo a la señora: "Olvidé comentarle que también vendo cepillos para niños. ¿Tiene usted hijos?". Responde la mujer: "Tengo catorce". "¡Catorce hijos!" -se asombra el agente. "Sí -confirma ella-. No todos los vendedores son tan pazguatos como usted"... Al comenzar el siglo diecinueve los países de América Latina estaban ya preparados para la independen-cia. Dos siglos han tenido que pasar, y ahora todos los países de América Latina están ya preparados para la libertad. (Abro un paréntesis para citar la única excepción, la que confirma la regla. Esa excepción es Cuba, desventurada nación en la que sobrevive -no por mucho tiempo más- una odiosa tiranía que ya únicamente los tontos o los empecinados dejan de reconocer y denunciar, anacrónico resto de un pasado que el mundo en todas partes superó). La Historia es inevitable, sobre todo en la escuela secundaria. Esa nueva libertad de los países de América Latina consiste en el abandono de los regímenes estatistas, populistas y paternalistas y su cambio por gobiernos que finquen su prosperidad en una economía libre... ¿Por qué en los campos nudistas no son admitidos los enanos? Porque siempre andan metiendo las narices en los asuntos de los demás... Le dice un tipo a otro: “Voy a divorciarme de mi mujer. La encontré desnuda en el taller de un pintor”. “Hombre –trata de razonar el otro-. A lo mejor estaba posando para él”. Precisa, hosco, el individuo: “El pintor era de coches”... FIN.

Leer más de Torreón

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Torreón

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 93643

elsiglo.mx