EFE
TOKIO, JAPÓN.- El secretario de Estado norteamericano Colin Powell rechazó ayer las exigencias de Corea del Norte para que este país acceda a participar en una nueva ronda de negociaciones sobre su programa de armas nucleares.
?Mi punto de vista es que todos los temas que ellos plantearon como condiciones están sujetos a discusión en las conversaciones entre seis países?, afirmó Powell.
?Esta es un diálogo entre seis partes, no entre Estados Unidos y Corea del Norte, ni un intercambio de temas de conversación entre los norcoreanos y los estadounidenses?, dijo el funcionario a periodistas mientras viajaba a Japón para entrevistarse con el primer ministro Junichiro Koizumi y otras autoridades. Powell también piensa detenerse en China y en Corea del Sur.
Antes de la llegada de Powell a Tokio, justo minutos después de que un fuerte terremoto sacudiera el noroeste de Japón, un portavoz de la cancillería norcoreana señaló que Pyongyang accedería a participar en una nueva ronda de conversaciones sólo si Estados Unidos abandona su ?política hostil? y consiente en ?recompensar? al Gobierno norcoreano a cambio de la suspensión propuesta de su programa atómico.
La agencia noticiosa oficial KCNA fue quien citó al portavoz, aunque no proporcionó su nombre.
Dijo además que Corea del Norte insiste en conversar sobre las revelaciones recientes de Corea del Sur de que hace años científicos de ese país realizaron experimentos nucleares con plutonio y uranio. Washington considera que dichos experimentos fueron de tipo académico e insignificantes.
Estados Unidos, China, Corea del Sur, Japón y Rusia han sostenido tres rondas de conversaciones con Corea del Norte sobre su programa nuclear. En septiembre se iba a realizar una nueva sesión en Pekín, pero Pyongyang rechazó asistir. Estados Unidos busca que el Gobierno norcoreano desmantele completamente sus armas atómicas.
Powell ha estado buscando la manera de reactivar las conversaciones entre los seis países, pero funcionarios del Gobierno creen que Corea del Norte quiere esperar hasta que se efectúen las elecciones presidenciales en Estados Unidos, bajo la suposición de que será más fácil conversar con el senador John Kerry, si es elegido, que con el presidente George W. Bush.
Kerry está a favor de que Estados Unidos converse directamente con Corea del Norte, una estrategia similar a la que siguió el presidente Bill Clinton.