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CIUDAD DEL VATICANO.- Hablando con visible esfuerzo, el Papa Juan Pablo II bendijo el fuego de un largo cirio al comienzo de la ceremonia de víspera del Domingo de Resurrección en la basílica de San Pedro, que anuncia la llegada de la Pascua Florida, el día más jubiloso del calendario cristiano.
Lentamente y con evidente esfuerzo, el Pontífice se inclinó hacia adelante en su silla de ruedas para insertar cinco granos de incienso en la cera color crema de la gruesa vela.
“Muy queridos hermanos e hijos”, dijo Juan Pablo II. “En esta noche sacrosanta, en que Jesucristo nuestro Señor pasó de la muerte a la vida, la Iglesia, propagada por toda la tierra, llama a sus hijos a celebrar una vigilia de oración”.
Seguidamente, el Papa bendijo el fuego y formuló una oración en latín.
Las luces se apagaron y Juan Pablo II fue llevado con su cirio en su silla de ruedas por el pasillo central de la basílica en sombras, al tiempo que los fieles sostenían pequeñas velas que brillaban en la oscuridad.
Tras la tercera repetición de la frase “lumen Christi” (Luz de Cristo) pronunciada por un diácono, se encendieron de nuevo las luces de la basílica para permitir la continuación de la vigilia, que dura tradicionalmente unas tres horas.
El Pontífice habló con gran dificultad, hasta el extremo de que en ocasiones era difícil de entender lo que decía.
Juan Pablo II afirmó durante su mensaje que Iglesia es un gran pueblo sin fronteras de raza, lengua y cultura.
Siguiendo una tradición de la Iglesia primitiva, en la que los catecúmenos (adultos que aspiran al bautismo) eran bautizados en la noche de la Vigilia Pascual, Juan Pablo II, revestido con ornamentos blancos, bautizó a siete catecúmenos adultos, procedentes de Italia, Togo y Japón.
Dirigiéndose a los nuevos bautizados, el Papa dijo que sus diferentes orígenes demuestran la universalidad de la llamada de la salvación.
“Gracias al Bautismo entráis a formar parte de la Iglesia, que es un gran pueblo en camino, sin frontera de razas, lenguas y culturas. Un pueblo llamado a la fe y destinado a ser bendición entre todas las naciones de la tierra. Permaneced fieles a Aquel que os ha elegido y entregad a Él con generosa disponibilidad toda vuestra existencia”, afirmó el Obispo de Roma.
Un total de 81 televisiones de 52 países transmitirán la ceremonia. La plaza vaticana ya ha sido adornada con miles de tulipanes, violetas, lirios y otras bellas flores y árboles procedentes de Holanda.
Un fuerte, pero discreto, dispositivo de seguridad ha sido puesto en marcha por las autoridades italianas ante el Vaticano y los lugares de culto de Roma ante el temor de atentados terroristas.
El Santo Padre celebrará hoy domingo la misa de Pascua Florida en la escalinata de entrada a la basílica, e impartirá su bendición a las decenas de millares de fieles que suelen congregarse para la ocasión en la explanada de la plaza de San Pedro.