Pide el presidente Carlos Mesa a la población el "sí" al plebiscito.
AGENCIAS
LA PAZ, BOLIVIA.- Más de cuatro millones de bolivianos se aprestan a votar hoy, en un referéndum convocado por el presidente Carlos Mesa, para delinear la política que impondrá la explotación futura de las reservas de gas y petróleo del país.
Los bolivianos dilucidarán en las urnas la suerte de su mayor tesoro natural -el gas- en un histórico referendo que abrirá su democracia a la participación directa. La consulta podría cambiar la estructura económica de la nación andina, la más pobre de América del Sur.
Simultáneamente, el voto para el que están habilitados cerca de 4.5 millones de los 8.3 millones de ciudadanos, definirá el destino del Gobierno que conduce el independiente Carlos Mesa.
Si el resultado del referendo es favorable a Mesa, podría comenzar una etapa en que el gas natural comience finalmente a venderse. Según el proyecto del Gobierno, esto proporcionaría ingresos al Estado que irían subiendo paulatinamente en el curso de los próximos 12 años con la aplicación de un aumento impositivo progresivo a las transnacionales encargadas de la explotación del gas.
Si el Gobierno pierde el referendo, por lo menos permanecería la actual situación de incertidumbre, en la que hay sectores que exigen la nacionalización de las empresas multinacionales. Por lo tanto, la explotación del gas podría postergarse indefinidamente, perjudicando al mismo tiempo a las transnacionales y al Estado.
El presidente Mesa ha prometido que el resultado del referéndum será “vinculante”, con lo que tanto el Ejecutivo como el Legislativo deberán actuar en consecuencia, para redactar y aprobar leyes que respondan a la decisión que se tomará hoy domingo.
Además, Mesa plantea que el gas sea un instrumento de negociación con Chile, país que tiene dificultades para abastecerse del energético y al que Bolivia pide la devolución de una salida al mar, como la que tenía antes de la guerra que perdió a finales del siglo XIX.
En un encuentro sostenido ayer con la prensa extranjera en el Palacio de Gobierno de La Paz, el Mandatario incluso advirtió que “el voto por el ‘sí’ debe ser a las cinco preguntas”, porque el referéndum está planteado en un círculo completo, coherente e integral”.
“Votar de otra forma es una tontería. No va a llevar al país a una respuesta de fondo al tema”, opinó.
El referéndum confronta aún manifestaciones contrarias de las principales organizaciones sindicales y de los vecinos de la urbe de El Alto, vecina a la ciudad de La Paz, cuyos líderes afirman que las preguntas “son tramposas” y por eso, han convocado a la abstención y al sabotaje de la votación.
Por el momento, el paro de tres días convocado por estos grupos a partir del viernes, no ha sido seguido por la población, aunque se han registrado bloqueos esporádicos de algunas rutas que unen La Paz con el lago Titicaca, en la frontera con Perú y con la ciudad de Oruro.
“El domingo arderá fuego en las comunidades”, dijo el viernes el ex diputado indígena izquierdista Felipe Quispe, uno de varios líderes que desencadenaron un boicot del referendo y amenazan bloquear caminos, tomar recintos electorales y quemar urnas.
Mesa, un ex periodista e historiador, de 50 años, convocó en abril al referendo como el primero de tres compromisos que asumió el 17 de octubre, cuando el Congreso lo designó Presidente en sustitución de Gonzalo Sánchez de Lozada.
Los otros dos fueron promover una nueva Ley de Hidrocarburos, que devuelva al Estado un mayor papel protagónico en el estratégico sector energético y abrir la senda para la instalación de una Asamblea Constituyente.
Sánchez de Lozada, un empresario minero que había gobernado el país con políticas liberales entre 1994 y 1997, renunció ese día a un segundo mandato, 14 meses después de iniciarlo, en el remate de dos semanas de protestas sociales reprimidas con un saldo de unas 60 muertes y 200 heridos.
El descontento popular que acabó por derribarlo se inició con el rechazo a un proyecto de exportación de gas a través de Chile, nación a la que Bolivia cedió todas sus costas marítimas debido a su derrota en una guerra (1879-1883).
La Corte Nacional Electoral (CNE) boliviana ha confirmado la finalización de los preparativos para el sufragio, que se recibirá en 22 mil mesas, con el control de 160 mil jurados ciudadanos, en todo el país.
El organismo electoral cerró el viernes una campaña de información, dirigida a promover la asistencia de la población a las urnas, mientras las autoridades gubernamentales, en su propia campaña, no ocultaron su interés en que la gente apruebe las cinco preguntas.
Varias entidades internacionales, entre ellas la Organización de Estados Americanos, la Comunidad Andina y el Centro Carter, han enviado delegaciones para observar el proceso.
