Londres, (EFE).- La Justicia británica decidió autorizar que no se faciliten más tratamientos a una niña de 11 meses que nació prematura y está desahuciada por los médicos, pero cuyos padres piden que la se mantenga con viva a toda costa a pesar de que está "inmersa en el dolor".
El veredicto se pronunció al término de un juicio que ha durado varios días y en el que se decidió la suerte de Charlotte Wyatt, que nació con seis meses de gestación y se encuentra en el hospital de Portsmouth, sur de Inglaterra.
Dada la gravedad del estado de la pequeña, los médicos insisten en que si padece un paro cardiorrespiratorio, no deberían intentar reanimarla como han tenido que hacer en tres ocasiones.
Sin embargo, sus padres, Darren y Debbie Wyatt, de 33 y 23 años, respectivamente, han pedido al tribunal que no permita que los médicos dejen morir a su hija a la que consideran una "luchadora" por quien se debe hacer todo lo posible por mantenerla con vida.
Los pediatras afirman que Charlotte no superará la infancia, dado que sufre problemas cardíacos, pulmonares y en otros órganos vitales y que no puede respirar ni alimentarse normalmente.
La pequeña necesita un constante suministro de oxígeno, pesó al nacer 500 gramos y no ha podido salir del hospital, donde los médicos insisten en que su calidad de vida es "terrible".