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Definirán paisanos elección demócrata

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WASHINGTON, EU.- Los hispanos en Estados Unidos tendrán una oportunidad para mostrar su músculo político mañana, cuando siete estados vayan a las urnas para elegir al demócrata que desafiará al presidente George W. Bush en las elecciones de noviembre.

En dos de esos estados, Arizona y Nuevo México, los latinos tienen una presencia masiva: uno de cada cuatro residentes de Arizona es hispano y dos de cada cinco lo es en Nuevo México. En el resto —Delaware, Dakota del Norte, Carolina del Sur, Missouri y Oklahoma— el impacto del voto hispano es menor.

Tanto Arizona como Nuevo México tuvieron resultados reñidos en 2000, con Bush llevándose Arizona por apenas cuatro puntos porcentuales y su adversario Al Gore ganando en Nuevo México por tan sólo 366 votos.

“Veo a los estados de Arizona y Nuevo México como casos ilustrativos, como entrar a un territorio nuevo”, dijo Gabriela Lemus, directora de la Liga de Ciudadanos Unidos de América Latina (LULAC), un grupo que promueve los derechos de latinoamericanos en Estados Unidos.

LULAC ha estado llevando a cabo campañas especiales para registrar votantes en ambos estados, para que la numerosa comunidad latinoamericana pueda hacer sentir su voz.

Ambas elecciones marcan el estreno de la participación hispana en el proceso electoral de 2004. El senador John Kerry se estableció como el favorito en Iowa y New Hampshire, pero en ninguno de los dos la presencia Latina resulta importante.

Los hispanos suelen votar a favor del Partido Demócrata por un margen de dos a uno pero un pequeño desvío en las preferencias puede tener un peso decisivo en el resultado final, de manera que ambos lados lo cortejan agresivamente.

Bush ha propuesto una amplia reforma inmigratoria que otorgaría visas temporales a millones de trabajadores ilegales, en su mayoría mexicanos. Los demócratas prometen más empleos y cobertura de salud para los latinos.

Cuando LULAC organizó para el lunes un evento en Phoenix, Arizona, para que los candidatos demócratas pudieran dar a conocer sus puntos de vista, Kerry confirmó su asistencia, al igual que el senador Joe Lieberman, el general retirado Wesley Clark, el ex gobernador de Vermont Howard Dean y el congresista Dennis Kucinich.

El jueves, Kerry comenzó a transmitir avisos en español por televisión en Arizona y Nueva México, prometiendo “devolver la esperanza a este país”.

Algunos analistas creen que Dean, quien goza de una buena organización en Nueva México, tiene una leve ventaja en ese estado aunque por lo general, el resultado del voto latino en las internas demócratas es difícil de predecir, dicen los expertos.

Problemas demográficos

La realidad demográfica hace difícil que los latinos puedan tener un mayor perfil electoral en Estados Unidos, a pesar de sus números. Unos seis millones de hispanos —de un universo apto para votar de 105 millones— votaron en las elecciones de 2000, un número significativo.

Sin embargo, bajo el sistema de elecciones indirectas en Estados Unidos, donde un ganador se lleva todo un estado sin importar el margen de votación, el peso del voto latino se pierde porque su presencia mayor se da en lugares cuyas preferencias son conocidas: California, Nueva York (ambos demócratas) y Texas (republicano).

Por cierto, hay numerosos latinos en otras partes, pero el problema es que no pueden votar.

“Hay un montón de latinos en Carolina del Norte, pero no son ciudadanos”, dijo Rodolfo de la Garza, de la Universidad de Columbia. “Eso puede cambiar en el futuro, pero para ese entonces el panorama político puede haber cambiado también”.

Si bien los hispanos son el segmento demográfico que crece con más rapidez, un tercio tiene menos de 18 años, y otro tercio tiene entre 18 y 25 años, de los cuales un 17 por ciento están registrados para votar, dejando a pocos electores que salgan a votar, según LULAC.

Todo eso significa que los 39 millones de latinos en Estados Unidos harán sentir su peso en pocos estados: Arizona, Nueva México, Nevada y Florida, que aportan 44 representantes electorales de los 270 que un candidato requiere para ganar.

“Sólo importarán si la elección es apretada”, advierte Roberto Suro, del Centro Hispano Pew, agregando que aún es muy temprano para saber si las elecciones en noviembre serán tan disputadas como lo fueron en 2000.

Otro problema es que falta un gran tema que movilice a los hispanos, tal como Fidel Castro lo hace con la comunidad cubana en Florida.

Muchos latinos perciben la propuesta inmigratoria de Bush —que los demócratas critican como insuficiente— como un paso en la dirección correcta, pero las encuestas indican que a los hispanos les importan más temas como el empleo y la educación que la inmigración.

“Uno de los rasgos esenciales del electorado latino es que, en gran parte, son como el resto de los votantes que tienen menos educación e ingresos”, dijo de la Garza. “Kerry aboga por temas que interesan a la clase media y la clase trabajadora. Eso les resultará atractivo a los hispanos”.

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