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BOGOTÁ, COLOMBIA.- El politólogo colombiano Vicente José Fierro afirmó ayer que el negocio del narcotráfico al menudeo deja ganancias anuales por 30 mil millones de dólares en el mercado de Estados Unidos, de las cuales sólo el 10 por ciento llega a Colombia.
El experto en lucha contra la violencia señaló ayer que “esa monstruosa cifra de dinero se recoge en las calles de Estados Unidos, de la cual, a Colombia ingresan anualmente entre dos mil y tres mil millones de dólares, es decir, sólo el diez por ciento”.
Fierro indicó que los campesinos cocaleros, los llamados “raspachines” o recolectores de la hoja de coca, que son familias completas viviendo de este negocio, reciben unos 30 millones de dólares cada año, menos del uno por ciento.
“Eso significa que el pueblo colombiano, que ha sido víctima y no verdugo de este flagelo, no se beneficia por el narcotráfico, sino que recibe una parte mínima de sus ganancias, que generalmente se le convierte en un infierno”, anotó.
El especialista consideró que, con base en esas cifras, el problema principal del narcotráfico no está en la producción sino en el consumo y es allí a donde debe ir dirigida la lucha de las autoridades.
“De nada sirve un fuerte combate a la producción (de las drogas), que es importante, si no se ataca de manera paralela y con más intensidad el consumo, que es donde verdaderamente está el poder del dinero”, aseveró Fierro.
Insistió en que el negocio en grande lo hacen los países desarrollados, “como lo demuestran algunas cifras que nosotros no inventamos, sino que son el producto de diversos estudios serios realizados en Estados Unidos”.
Fierro consideró acertada la persecución del Gobierno colombiano a las mafias del narcotráfico, sobre todo las medianas organizaciones que se encargan de la refinación y comercialización de cocaína.
Esas mafias están integradas por delincuentes comunes y cada vez más por organizaciones armadas de paramilitares, que de manera inicial se presentaron como protectoras pero ya están de lleno en el negocio, aseveró.
“Combatir a estas mafias ayuda a aliviar el problema, pero jamás será erradicado si no se inician programas serios de combate al consumo y a las grandes mafias de la droga en los países consumidores, que son las que obtienen ganancias”, dijo.
Fierro señaló que campesinos, colonos e indígenas involucrados en la tarea de producción de hoja de coca, base para la cocaína, “son sólo víctimas que deben soportar la violencia que genera el negocio, a cambio de unas monedas para subsistir”.
Concluyó que los países involucrados en el tema, productores y consumidores, deberán reorientar la estrategia de combate al narcotráfico, para que el consumidor también sea responsable de este flagelo.