EL PAÍS
BAGDAD, IRAK.- La operación militar estadounidense Furia Fantasma desencadenada sobre Fallujah ha causado la muerte a unos 600 miembros de la resistencia iraquí, según un alto funcionario de Defensa norteamericano en Irak.
?Cientos y cientos de insurgentes? han sido capturados o muertos, afirmaba a su vez el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Richard Myers. ?Esperamos que en los próximos días estaremos en condiciones de devolver Fallujah a sus ciudadanos, libre de la intimidación que habían impuesto los insurgentes?, añadió Myers.
Tras cuatro días de ofensiva militar, el combate sigue siendo cuerpo a cuerpo y puerta a puerta. La última cifra sobre soldados estadounidenses muertos sigue reducida a diez. Pero nada se sabe sobre el número de víctimas civiles.
La ciudad santa está siendo arrasada y las organizaciones de derechos humanos temen que los civiles estén siendo objeto de ataques indiscriminados por parte de las fuerzas estadounidenses. ?Las acciones militares contra Fallujah han causado decenas de víctimas civiles?, expresa Amnistía Internacional, que considera que faltan garantías en la protección a estos civiles.
El baile de cifras sobre las víctimas civiles continúa en Irak y a veces resulta macabro. Las diferentes organizaciones que recogen estos datos se encuentran divididas en cuanto al balance total de muertos desde que comenzó la guerra en marzo del año pasado.
Así, la cifra más baja la aporta el Foreing Office británico con diez mil muertos, y la más alta la revista médica ?The Lancet? con 100 mil.
Según los datos del informe realizado por el Centro para el Estudio de Emergencias Internacionales y Refugiados de la Facultad Johns Hopkins, en Baltimore (Maryland), la mayoría de esas 100 mil víctimas civiles son mujeres y niños.
La causa de esas defunciones, siempre según Les Roberts, uno de los autores del informe, se encuentra principalmente en actos violentos relacionados con las operaciones militares. Casi mil vecinos de 33 distritos diferentes de Irak fueron entrevistados sobre el número, fecha, causas y circunstancias de muertes violentas que presenciaron durante los 18 meses siguientes a la invasión de marzo de 2003.
Los investigadores de la Johns Hopkins, después de analizar todos los datos y compararlos con la cifra de fallecidos durante los 15 meses previos a la ocupación, detectaron que el riesgo de muerte tras el comienzo de la guerra fue 2.5 veces mayor, aunque reducen el aumento a 1.5 al excluir a Fallujah (donde se registraron dos tercios de todas las defunciones).
Así, un incremento de 1.5 veces en el riesgo de muerte equivale a unos 98 mil fallecidos más en relación con el conflicto de Irak. ?Realizando unas estimaciones conservadoras, creemos que al menos 100 mil personas han muerto desde el inicio de la guerra?, asegura Roberts. La mortalidad en Irak era ya muy alta antes de la invasión estadounidense debido al embargo impuesto tras la guerra del Golfo en 1991.
Pero Irak Body Count -organización que lleva a cabo un proyecto para establecer una base de datos pública e independiente de civiles muertos en Irak como resultado directo de acciones militares de EU y sus aliados- discrepa de estas cifras y se defiende ante las múltiples llamadas y peticiones para que ?actualicen? su número de bajas civiles.
Irak Body Count (IBC) sitúa las muertes en el país árabe entre 14 mil y 16 mil. IBC obtiene estas cifras mediante un sondeo amplio de informes de medios de comunicación y lo que relatan testigos presenciales. ?No nos basamos en estimaciones ni en proyecciones?, afirman desde IBC.
Las víctimas civiles siguen siendo una incógnita en la guerra de Irak. No existen números oficiales. Como dijo el general Tommy Franks, al frente del Comando Central estadounidense durante la invasión de Irak: ?Nosotros no contamos muertos?.
Contraataque en Mosul
Los insurgentes efectuaron ayer varios ataques en la tercera ciudad más importante de Irak, y saquearon algunas comisarías policiales, oficinas políticas y otros objetivos.
Horas después, las fuerzas estadounidenses e iraquíes tomaron la iniciativa pero el mando militar reconoció que podría demorar ?algún tiempo? el controlar por completo la ciudad.
Los ataques insurgentes tienen como fin aliviar la presión a la que están sometidos sus compañeros de armas en Fallujah, que desde el lunes sufren un asalto incesante por parte de combatientes estadounidenses e iraquíes.
Las autoridades anunciaron un toque de queda el día anterior, pero los insurgentes atacaron ayer varias comisarías de policía y obligaron a las fuerzas estadounidenses e iraquíes a intervenir, por lo que el Gobernador solicitó refuerzos policiales de las provincias vecinas, según el mando estadounidense. No hubo cifras de bajas.
Los residentes vieron grupos de hombres enmascarados que patrullaban las calles, incendiando vehículos policiales y estableciendo puestos de control en algunos puentes. En esos barrios no fue visible ni la policía ni los soldados estadounidenses. Patrullas insurgentes armadas de lanzagranadas fueron vistas frente al hospital Ibn al Atheer, en el distrito de Jamia.
Una vocera militar estadounidense, la capitana Ángela Bowman, dijo que algunos de los ataques a las comisarías ?abrumaron la capacidad de la fuerza policial?, y que fueron saqueados cinco de esos cuarteles.
?Los insurgentes continúan disparando a la Guardia Nacional iraquí y las fuerzas multinacionales?, indicó posteriormente Bowman. ?Las operaciones continúan y seguramente será así por algún tiempo hasta que controlemos por completo la ciudad?.
El toque de queda decretado esta semana sigue vigente en la ciudad, situada a unos 360 kilómetros al norte de Bagdad.
Una declaración estadounidense dijo que el Gobernador local, Duraid Kashmoula, ?trabaja con otros Gobiernos regionales para identificar las medidas que permitan restaurar y mantener una presencia policial en las comisarías locales.
COCHE BOMBA EN BAGDAD
Un coche bomba contra un puesto de control de tráfico en pleno centro de Bagdad segó la vida de al menos 17 personas, mientras amaina la ofensiva sobre Fallujah, en lo que parece indicar que las tropas de EU buscan asegurar sus posiciones.
Chaker al Aynachi, portavoz del Ministerio de Sanidad, explicó que los 17 muertos y 30 heridos fueron trasladados a los centros hospitalarios de Ibn Nafis, Al Karj y Al Bat.
Fuentes policiales indicaron, por su parte, que el atentado fue perpetrado por un conductor suicida.
El coche bomba se empotró contra un puesto de control montado por la Policía y las fuerzas especiales iraquíes en la plaza Al Nafr, en medio de la céntrica calle Saadún, cerca del Hotel Bagdad, lugar de residencia de numerosos contratistas extranjeros.
Entre las víctimas hay al menos un policía y un miembro de las fuerzas especiales, pero aún no está claro si murieron o resultaron heridos.
Diez coches resultaron totalmente destrozados por la explosión y una hora después del ataque aún podían verse al menos dos cadáveres carbonizados dentro de sus vehículos.
La deflagración destruyó también de forma parcial un edificio de tres pisos en las cercanías.