El político mexicano
te hablará de todo, menos
de sus tranzas.
(Tomado de un breve ensayo sobre los pen...)
Con las presiones que el ciudadano común y corriente tiene en sus gastos, el cargar en los hombros deudas impagables, sueldotes a funcionarios sinvergüenzas, con imposiciones cupulares y decretos reformados a discreción, los despidos, el desempleo y el minisalario, al igual que otros berrinches y caprichitos de nuestros gurús y chamanes ciegos que legislan para sus intereses, México ahora según ellos tomará el rumbo definido y boyante. Parafraseando a López Portillo: “En la abundancia tenemos que ser cautelosos para administrar nuestra riqueza”. Sin embargo cuando parece que todo está en calma, vienen las encuestas de otras latitudes y nos endilgan un nada halagüeño Segundo lugar en corrupción, que se violan los derechos humanos y que somos los principales lavaderos de dinero, amén que muchas inversiones se retiran por la corrupción que impera en oficinas del Gobierno y en bastantes funcionarios.
Es curioso, paradójico y para algunos patético lo que por ejemplo representa el pagar en Coahuila el nuevo plaqueo, cambio de láminas y la insalvable tenencia para los ciudadanos ejemplares que cumplen, ¿pero los vehículos llamados “chuecos”, “chocolates” o “extranjeros”, ésos ¿qué? Los autos no pasaron volando y aún así hay radares que en su momento los detectarían y sin embargo en las narices de los aduanales, los celosos fiscales de Hacienda y los “duros” federales de caminos, las diferentes corporaciones policíacas y de tránsito desde la municipal, hasta la AFI, los vehículos “chuecos” se pasean sin recato con hologramas de alguna de las cientos de agrupaciones defensoras del patrimonio familiar, ésta es sólo una de las entelequias en la que nuestra clase política y los “desfuncionarios” viven su comedia, toda una crisis tutelar y cupular cobija a estos malos y sinvergüenzas actores. Comedia donde el epílogo es un epitafio dantesco para el pueblo, mientras para las dependencias antes citadas es vivir en el país de las maravillas, con Alicia, gatitos y conejitos dando rumbos y consejos a seguir.
En México hace tiempo que no hay grandes acontecimientos de los que el pueblo pueda escribir a casa, ¿por qué? En mi humilde pero visceral opinión es que no hay grandes hombres capaces de componer la nave y no es lo mismo ajustarse a las líneas que marcan la comedia nacional que practicarlo en los hechos y de ahí que cientos de mequetrefes que se dicen políticos o funcionarios públicos con la estupidez reflejada en su arquetipo y amparados con unas siglas rapiñen y se burlen de los mexicanos, configurando fraudes, que sin asombro y, de antemano sabemos quedarán impunes, como si la consigna de los políticos fuera una mascarada caótica y aventurera con convicciones prohibidas para el pueblo.
Bonito país el nuestro donde los bandidos duermen y moran en casa y son mantenidos por el noble pueblo (casos de ex presidentes, gobernadores y legisladores en funciones) donde la espada salomónica de la justicia está mellada para estos monifatos y zaragates metidos a la comedia política, mientras para otros con menos cola, al bote sin baranda. Un ejemplo y hasta me atrevo apostar (soy enemigo de las apuestas) que si Gloria Trevi y Sergio Andrade fueran políticos de segunda o tercera categoría nunca hubiesen pisado la cárcel. En un artículo anterior nombro a la política como el pasatiempo nacional, sólo que por cosas de espacio no mencioné que este sucio deporte, es una comedia bufa de mal sabor y, que pagada con nuestro escuálido presupuesto debe ser una vergüenza para los malos y pergeños actores,¡pero! resulta que si de algo carecen los políticos es de vergüenza, que como están las cosas con los actuales actores y cantantes de televisión y cine, lo que se necesita para triunfar es no tener respeto por los demás, la comedia sin guión sola se da. Correo electrónico: linga_1031@hotmail.com
