Un país donde las excusas suplieron la ineficiencia de los funcionarios que el pueblo paga, es un pueblo de mudos y ciegos. Mientras en un pueblo donde los ciudadanos son reflexivos y por lo tanto estos funcionarios están expuestos a las críticas y no a las alabanzas porque de hecho el llevar a cabo obras es su obligación y deber, ya que para eso fueron electos, inclusive se les paga y el dinero no es de ellos es de los ciudadanos. Han sido muchos los comunicadores que son enemigos gratuitos de los funcionarios, sólo por señalar las fallas que en la administración llevan a cabo, cuando dichos representantes del pueblo deberían estar agradecidos por indicarles dónde y cuándo están fallando. Es fácil jugar con la ignorancia del pueblo y los políticos lo saben, sobre todo en un país donde la educación sirve para someter y no para formar y cuando el estómago de más de 36 millones de habitantes está vacío, “primero es comer que ser cristiano”.
Pero más allá de que las obras que se lleven a cabo o no se realicen, debe sin duda ser el pueblo el juez y los comunicadores fieles fiscales para señalar las fallas u omisiones que se dan con el peculio de los ciudadanos.
Han sido (lo son) miles de periodistas los perseguidos o sufrido atentados por decir la verdad, por señalar las corruptelas de los funcionarios y más que todo por no caer en el desliz y sutil canto de las sirenas, “el hermoso tintineo que gravita cuando se cuenta el oro”, como dice el escritor Rómulo Gallegos. Sin embargo los jilgueros, mandarines y los bufones de la pluma prostituida también están presentes y son los que en ocasiones echan a perder esta bonita y noble profesión de escribir y señalar las llagas y lacras de la sociedad, como son las miasmas e injusticias que muchas veces se cometen por parte de los encargados de llevar las riendas de un municipio, legislar, gobernar o ser partícipe en alguna obra hecha con lana del pueblo, incluyendo los mismos periodistas o comunicadores, que dicho sea de paso también pagan impuestos y son parte en esta inextricable maraña que es la política.
La llamada Ley mordaza aún existe y se da de dos maneras, una con la represión y la otra donde el dinero manda y no es la conciencia quien escribe sino la mano y pluma prostituida al servicio de políticos gamberros y truhanes que llenos de mitomanía gravitan en el país de las maravillas y ante las inmoralidades que día a día cometen se enfadan por los señalamientos que los verdaderos periodistas hacen.
El Gobierno, a cualquier nivel siempre ha tratado (aunque lo niegue) de ser el cancerbero, alimentando siempre con leyes de transparencia, que trasnochado busca la manera de tapar las vomitadas de borracho que en cada obra se avientan los malos funcionarios que por desgracia nos ha tocado tener. Una felicitación a las plumas de los periodistas que mueven conciencias y motivan la reflexión y que en nombre de los verdaderos periodistas sacrificados por decir la verdad... ¡Viva la libertad de expresión!
El Aumento a la Gasolina
De nueva cuenta el Gobierno nos juega el dedo en la boca, en las orejas, en los ojos y la nariz a sabiendas que somos los más mansos ciudadanos del universo y de ahí que se aproveche, no fuimos capaces de protestar por esa alza y sólo recibimos una excusa tonta de los encargados de la empresa Pemex y ya.
Los diputados y senadores como siempre se hicieron los occisos y sólo reviven cuando de cobrar se trata. Ahora que si se trata del equipo Santos, ahí sí, hasta el Gobernador del estado desfila en una folclórica protesta. “Por eso estamos como estamos, por eso nunca progresamos”, dice una canción de los Apson (Agua Prieta, Sonora).
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