En alerta Nueva York ante un posible ataque terrorista
AGENCIAS
NUEVA YORK, EU.- Decenas de miles de manifestantes recorrieron ayer el centro de Nueva York y expresaron de forma pacífica su rechazo a la guerra en Irak y a las políticas del presidente de Estados Unidos, George W. Bush.
En medio de un impresionante despliegue policial, los manifestantes avanzaron por un tramo de la Séptima Avenida, en Manhattan, y pasaron frente al Madison Square Garden, donde a partir de hoy lunes, se celebra la Convención Nacional Republicana.
La marcha estuvo organizada por la coalición “United for Peace and Justice” (UFPJ, por sus siglas en inglés), que agrupa a más de trescientos grupos de muy diversa condición y que pretendía reunir a un cuarto de millón de personas con un mensaje único contra la guerra y contra el Gobierno republicano actual.
“Este es un momento histórico en la vida de este país”, proclamó Leslie Cagan, coordinadora nacional de UFPJ, durante unas breves declaraciones a los medios informativos antes de iniciarse el evento, que después de tres horas de recorrido finalizó en la plaza de Union Square sin incidentes ni detenciones.
Abría la marcha una gran pancarta en la que se leía “Decimos NO a la política de Bush”, que sostenían líderes de organizaciones cívicas y religiosas, entre ellas el reverendo Jesse Jackson, y figuras populares como el cineasta Michael Moore y el actor Danny Glover.
Moore, que ha alcanzado notable popularidad con documentales muy críticos hacia la proliferación de armas en EU y sobre la política exterior del Gobierno, reclamó igual que otros oradores el fin de la presencia estadounidense en Irak y el regreso inmediato de las tropas, y afirmó que “debemos una gran disculpa al pueblo de Irak por crear la gran destrucción que hemos causado allí”.
Fernando Suárez del Solar, en representación de un grupo de familiares de soldados, explicó con tono emocionado que perdió a su hijo en Irak y con ello “he pagado el más alto precio por la paz”.
Afirmó que 972 jóvenes estadounidenses han perdido la vida en el país árabe y exigió a Bush y al Partido Republicano “que detengan la ocupación de Irak ahora y que traigan a nuestras tropas a casa”.
Numerosos manifestantes portaban pancartas y carteles que criticaban la guerra y aspectos sociales y económicos de la política del actual Gobierno, entre cánticos y gritos a coro de “No más Bush”, entre otros.
Las protestas sonoras crecieron de intensidad a medida que la marcha se aproximaba al Madison Square Garden, totalmente fortificado con barricadas y custodiado por policías, mientras un gran letrero electrónico en la fachada exhibía paradójicamente el mensaje de “Gracias Nueva York”.
Numerosos activistas aprovecharon la presencia de centenares de periodistas, fotógrafos y cámaras de televisión para transmitir sus mensajes a una vasta audiencia y los más ingeniosos, como uno vestido de diablo con careta de Bush y un gran globo terráqueo de la mano, hicieron las delicias de los reporteros gráficos.
Otras manifestaciones de protestas están programadas durante los días que dure la convención, hasta el dos de septiembre, que mantiene en máxima alerta a la policía neoyorquina y ha provocado una notable alteración de la vida cotidiana en esta ciudad.
Miles de policías vigilaban las carreteras de Nueva York, los túneles y los puertos, mientras que se habían impuesto restricciones a los vehículos en 18 cuadras a la redonda del Madison Square Garden, provocando una mayor congestión de tránsito, del ya congestionado tráfico neoyorquino.
La estación de trenes Penn Station, situada en el subterráneo del Madison Square Garden, será patrullada por tres policías. Mientras que siete agentes protegerán el Madison Square Garden, los subterráneos y los lugares relacionados con la convención, con la ayuda del Servicio Secreto, el FBI y miles de policías judiciales, policías de tránsito y las tropas estatales de Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut.
“Todo lo que se ha tenido que hacer se ha hecho para mejorar la seguridad dentro y fuera del... Garden y Penn Station”, dijo A.T. Smith, agente especial del Servicio Secreto a cargo de la oficina de Nueva York.
En un día típico de trabajo, el servicio de tránsito de Nueva Jersey trae a unos 60 mil pasajeros hasta Penn Station.
En vista de la preocupación de posibles coches bomba, policías vestidos de civiles irán en los autobuses, especialmente aquellos que pasan por las calles adyacentes a la convención.
BUSCAN REPUBLICANOS UN FRENTE UNIDO
La Convención Republicana que comienza hoy quiere ofrecer un frente unido detrás del presidente George W. Bush, y para ello tendrá que minimizar las fuertes diferencias que siguen separando a su sector moderado del ultraconservador.
La fiesta electoral republicana reúne a 2,509 delegados y 2,344 suplentes en lo que quiere ser una auténtica demostración de apoyo unánime a Bush, y aunque el liderazgo del Presidente es indiscutido, las aguas del río republicano bajan algo revueltas.
La elaboración del programa electoral republicano, la pasada semana, mostró que, impulsado por Bush, el sector más conservador del partido -inspirado por la derecha religiosa- sigue siendo el dominante.
Las políticas contra el aborto, el rechazo al reconocimiento de cualquier tipo de unión entre homosexuales y los límites a la investigación con células madre son algunos de los elementos más destacados del programa electoral que la convención tiene previsto aprobar el lunes.
También figuran la oposición al control de armas, más restricciones al acceso a la beneficencia social y aumentar la promoción de la abstinencia sexual como método de planificación familiar.
Sin embargo, el comité que elaboró el programa respaldó la propuesta de Bush de regularizar de forma temporal a algunos inmigrantes indocumentados, algo que disgusta al ala más conservadora.
La Convención tiene previsto aprobar el programa hoy lunes, para comenzar así con una firme demostración de unidad.