EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Una amarga Navidad pasarán 250 ex trabajadores de la maquiladora coreana Woo Chang de México, pues lo que al principio fueron rumores, se convirtió en cruel realidad, ya que la empresa se declaró en quiebra, los patrones clandestinamente sacaron camiones cargados de ropa y huyeron sin liquidarlos legalmente.
Ahora ellos están desempleados, abandonados de ayuda jurídica, les quedaron a deber una semana de fondo y no tienen dinero para pagarle a un abogado, aseguran que “ya se acercó uno para orientarnos pero de entrada nos pidió cinco mil pesos y de dónde si el poco aguinaldo que nos dieron junto con las vacaciones, aunque tenemos la mayoría entre seis y ocho años, no llegó a los dos mil pesos”, aseguran.
Dicen que “aunque se veía venir”, porque la empresa empezó a presionarlos para que renunciaran al obligarlos a trabajar turnos de diez horas, al retirarles el servicio de transporte y presionarlos para trabajar en días festivos, apenas el jueves y viernes recibieron un “pitazo” del vigilante Jesús Tapia a quien todos conocen como “Don Jesús” y a quien el jefe de Recursos Humanos, Gerardo Salazar, le prometió darle una buena liquidación a cambio de no informar de las intenciones de la empresa que en los últimos días de la semana que terminó, se dedicó a sacar ropa y enseres diversos.
Narran que, alertados, se organizaron desde el viernes por la tarde, y el sábado por la mañana, al presentarse a la maquiladora, comprobaron la advertencia, pues dos guardias de seguridad privada les impidieron el acceso y ni a los ex encargados de esta actividad les permitieron pasar.
Como se enteraron que en el interior permanecían las máquinas industriales de coser, se “plantaron” por tiempo indefinido en las tres entradas a la empresa a fin de evitar que las saquen, pues consideran que “es nuestra única garantía de que nos paguen algo” y afirman que con su cuerpo, piedras, tablas o lo que encuentren, impedirán que extraigan algo de la nave industrial.
María Esther Arce, Camelia Acuña, Jesús Tapia, María Praxedis, José Remedios de Santiago, Miguel Ángel González Morales, Juan Ávila, Ricardo Peña Aguirre, José Roberto Jurado, son algunas de las personas afectadas.
La mayoría tiene una antigüedad de entre cuatro y ocho años, que es el tiempo que tenía la maquiladora operando en la calzada Agroindustrias Plaza Jumbo número 371 y tiene como representante legal a Susana Duéñez, de la cual no saben la dirección de su despacho o algún teléfono para comunicarse.
El sábado ella habló con ellos, les aseguró que el lunes tres de enero “aquí nos vemos para trabajar”, pero cuando le pidieron que se hiciera por escrito y ante notario público este compromiso, se negó de manera tajante.
Salarios de miseria
Las costureras y operadoras de la maquiladora Woo Chang de México, en su mayoría mujeres y hombres jóvenes en menor cantidad, narran la explotación de que por años fueron objeto, sin embargo afirman que lo toleraron por necesidad, pues la mayoría de ellos vive en colonias precaristas o en ejidos sumamente pobres como El Arenal, Laguna Seca, La Perla, Boquilla de las Perlas y Francisco I. Madero.
El frío es intenso, sobre todo hacia aquella parte del oriente de la ciudad donde abundan las bodegas y mientras se alimentan de frituras, refrescos y fríos tacos, explican lo que ha sido su vida laboral. De lunes a viernes trabajaban turnos de entre ocho y diez horas por 381 pesos y si les pegaban una hora extra se cotizaba entre 4.50 pesos y nueve pesos.
Aseguran que los empresarios de Woo Chang de México se fueron con una producción extra que les hicieron de 14 mil 400 playeras, la cual no se les pagó.
Como no esperaban quedarse sin trabajo, no hicieron las mínimas previsiones, “pues el aguinaldo fue destinado a pagar deudas o comprar algo de alimentos, y no tenemos dinero para pasarla en estos días de Navidad”, dicen con dolor.
