Asegura el Gobierno de norteamerica que las torturas a los reos no es norma de conducta de las fuerzas armadas.
AGENCIAS
WASHINGTON, EU.- Dhia al Shweiri dice que estuvo preso tres veces en la tristemente célebre cárcel de Abu Ghraib, dos bajo el régimen de Saddam y una bajo la dominación estadounidense. Dice que prefiere las torturas de Saddam a la humillación de ser desnudado por los guardias extranjeros.
Ahora este hombre de 30 años, ex empleado de una tienda textil, es un combatiente acérrimo del Ejército Al Mahdi, la milicia de un clérigo musulmán shiita que ha jurado enfrentar a los estadounidenses.
Al Shweiri dijo que bajo el régimen de Saddam fue electrocutado, golpeado, colgado del techo con las manos atadas a la espalda.
“Pero eso es preferible a la humillación de ser desnudado”, dijo Al Shweiri.
“Que me disparen aquí”, dijo, apuntando con un dedo entre sus ojos, “pero no nos hagan esto”.
Al Shweiri dijo que no lo sorprendieron las imágenes por televisión de soldados estadounidenses sonriendo junto a cautivos desnudos y encapuchados que en una foto estaban apilados en una pirámide humana.
Al Shweiri fue detenido en octubre. Le dijeron que se desnudara una sola vez y durante unos 15 minutos.
“Creí que querían que me pusiera el uniforme rojo de la prisión, así que me desvestí hasta quedar en calzoncillos. Entonces me dijo que me quitara la ropa interior. Empecé a discutir, pero al final me obligó a quitarme la ropa interior”, dijo Al Shweiri, demasiado avergonzado para relatar lo que sucedió después.
Dijo que él y otros seis prisioneros, todos encapuchados, tuvieron que colocarse de cara a la pared, inclinarse y colocar las manos sobre la pared. “Nos hicieron parar en una forma que me avergüenza describir. Vinieron a mirarnos. Sabían que nos humillarían”, dijo. Aseguró que no lo sodomizaron.
“Querían humillarnos, quebrar nuestro orgullo. Somos hombres. Si me golpean, está bien. Las golpizas no duelen, un golpe es sólo un golpe. Pero nadie quiere que le quiebren la virilidad”, dijo.
Los estadounidenses lo detuvieron junto a su padre y su hermano en el vecindario shiita de Ciudad Sadr, Bagdad y lo acusaron de pertenecer al Ejército al Mahdi porque tenía un arma automática en la casa. Su padre y su hermano quedaron en libertad poco después.
Al Shweiri asegura que en esa época no estaba en grupo alguno y que cuando llegó la invasión, “los consideré libertadores. Estaba feliz y los apoyaba. Pero en poco tiempo se hizo claro que no son libertadores sino ocupantes”.
Cuando lo liberaron de la cárcel, su odio hacia Saddam se había transformado en odio hacia Estados Unidos. Hace dos meses, ingresó al Ejército al Mahdi del clérigo Muqtada al Sadr.
La visión de EU
Por su parte, el jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, general Richard Myers, consideró ayer aberrantes los vejámenes sufridos por presos iraquíes por parte de sus soldados, mientras el Ejército amplió su investigación a la inteligencia militar.
“Es una aberración, no es la norma de conducta de las fuerzas armadas de Estados Unidos”, dijo Myers en el programa “Face the Nation”, de la cadena NBC de televisión.
Por lo menos seis reservistas, miembros de la Compañía 372 de la Policía Militar, han sido acusados por varios delitos que incluyen negligencia en el cumplimiento de sus deberes, crueldad, asalto y actos indecentes en relación con los abusos sufridos por iraquíes en la prisión de Abu Gjraib, cerca de Bagdad.
La comandante de la Brigada 800 de Policía Militar, general Janis Karpinski y por lo menos otros siete oficiales han sido suspendidos de sus servicios en esa prisión, como resultado de una investigación que el Ejército realizó en los últimos cuatro meses.
El teniente general James Helmly, comandante en jefe de la Reserva Nacional del Ejército, quien ha mantenido conversaciones con familiares de los soldados de la Compañía 327, repudió enérgicamente el tratamiento denigrante a que fueron sometidos los cautivos iraquíes.
La primera responsabilidad se ha volcado sobre la general Karpinski y la policía militar, en la cual prestan servicio muchos reservistas, pero los testimonios de algunos soldados en esa unidad han indicado que fueron los oficiales de inteligencia los que estaban a cargo de interrogatorios, los que promovieron los abusos.
CHÁVEZ CONDENA
El presidente Hugo Chávez rechazó ayer las presuntas torturas a prisioneros iraquíes por parte de soldados estadounidenses.
Chávez dijo que las numerosas fotos que han circulado por el mundo enseñando escenas denigrantes a prisioneros en Irak habían generado una “ola de indignación” en todo el mundo.
“¿Cómo es posible que se llegue a este extremo? Es algo verdaderamente inaudito”, dijo Chávez en su programa semanal “Aló, Presidente”, mientras que mostraba una imagen publicada en un diario local.
Chávez ha criticado reiteradamente a la operación militar de Estados Unidos en Irak, afirmando que el pueblo iraquí “está siendo masacrado” por las fuerzas militares estadounidenses.
RECLAMA AI INVESTIGACIÓN
Amnistía Internacional denunció un “patrón de torturas” de prisioneros iraquíes por parte de soldados invasores y reclamó una investigación independiente de las denuncias.
El grupo defensor de los derechos humanos, con sede en Londres, dijo que recibió “decenas” de informes sobre malos tratos de los detenidos a manos de tropas británicas y estadounidenses.
La policía militar británica está investigando denuncias de abusos presuntamente cometidos por soldados desde que el periódico Daily Mirror publicó fotos de un supuesto prisionero iraquí encapuchado golpeado por los soldados.
Nicole Choueiry, vocera de Amnistía en el Oriente Medio, dijo que las fotos no la sorprendían.
“Desde hace un año estamos registrando denuncias de torturas”, dijo Choueiry. “Hemos dicho que hay patrones de torturas”.
Choueiry dijo que el Gobierno británico debería pedir una investigación independiente de las denuncias.
REPROBACIÓN ASIÁTICA
Activistas en los dos países con mayor población musulmana en el sureste asiático condenaron los presuntos abusos de las fuerzas estadounidenses y británicas contra los prisioneros iraquíes y exigieron que la Coalición abandone Irak de inmediato.
Nasharudin Isa, secretario general del Partido Islámico Pan-Malasio, de corte fundamentalista, el mayor grupo opositor del país dijo que las imágenes de los prisioneros iraquíes humillados por efectivos sonrientes de Estados Unidos mostraron una “imperdonable violación” de la Convención de Ginebra sobre el trato que debe ser dado a los cautivos.
“Las tropas estadounidenses y británicas deben salir de Irak inmediatamente”, dijo Nasharudin. “Sus acciones han mostrado claramente el odio de sus países hacia el pueblo islámico. ¿Cómo pueden seguir diciendo que su intención durante todo este tiempo ha sido la de liberar a los iraquíes?”.
Activistas en Indonesia, el país con la mayor población musulmana en el mundo, expresaron temores de que otros casos de maltrato contra los prisioneros iraquíes permanezcan ocultos.
Escapa rehén
El rehén Thomas Hamill fue hallado por fuerzas estadounidenses al sur de Tikrit ayer después que aparentemente escapó de quienes lo secuestraron el nueve de abril durante el ataque a un convoy, dijo una fuente militar.
Hamill, de 43 años, se encuentra “en buen estado de salud”, dijo el general de brigada Mark Kimmitt.
Hamill fue descubierto cuando se acercó a una patrulla en Balad, 70 kilómetros al sur de Tikrit, dijo un vocero militar.
Se identificó y condujo a la patrulla a la casa donde había estado cautivo. La unidad rodeó la casa y capturó a dos iraquíes que tenían un arma automática, dijo el vocero, mayor Neal O’Brien.
Hamill, conductor de camiones de una subsidiaria de la contratista Halliburton, tenía una herida de bala en el brazo izquierdo que aparentemente estaba infectada y lo transportaron en helicóptero a Bagdad, dijo O’Brien. Un video de Hamill difundido por sus captores al día siguiente de su secuestro lo mostraba con el brazo izquierdo en cabestrillo, lo cual sugería que lo hirieron durante el ataque a su convoy.
Se desconocía la suerte de Hamill desde el video difundido el diez de abril en el que aparecía de pie frente a una bandera iraquí. Un vocero que no aparecía en cámara amenazaba con matarlo si Estados Unidos no levantaba el asedio de Fallujah en 12 horas.
