Estalló una turbina, según el testimonio de un pasajero.
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Simplemente pensaron que iban a morir. A tan sólo unos segundos de haber despegado el vuelo 706 de Aerocalifornia México-Durango-Torreón, una turbina del avión explotó, por lo que el aparato se desplomó, cayó a la pista para patinar hacia los jardines mientras los cerca de 52 pasajeros veían espantados el fuego que salía de la turbina. Aunque todo fue muy rápido, para los viajeros fueron los segundos más largos de su vida.
Entrevistado vía telefónica a la Ciudad de México, uno de los pasajeros, el joven torreonense, Guillermo Arturo Samperio Velásquez, narra los hechos sucedidos poco después de las 19:00 horas del miércoles.
Los viajeros, unos con destino a Durango y la gran mayoría a Torreón, abordaron conforme a la hora programada, 18:55 y todo parecía un vuelo normal, sin contratiempos, salvo la persistente lluvia característica de la Capital de la República.
La situación comenzó a complicarse cuando el capitán de la aeronave les informó que tardarían unos diez minutos en tanto cambiaban una pieza (arrancador) de la turbina izquierda.
A las 19:20 hrs. el avión se dirigió a la pista y al tomar la velocidad para despegar, se sintieron dos jaloneos que comenzaron a inquietar a los viajeros que sólo se atinaban a verse unos a otros.
Instantes después de despegar de la pista, se escuchó una fuerte explosión y todos voltearon por instinto hacia el lado derecho, donde ya lanzaba fuego la turbina al momento que la nave caía sin control alguno.
El avión patinó sobre la pista de manera ruidosa, salió del camino y se internó entre los jardines dando tumbos en tanto que el fuego de la turbina seguía. Los pasajeros pensaron que todo estallaría de un momento a otro.
Todo fue caos, histeria y gritos. Una de las aeromozas les pedía a todos salir corriendo pero nadie podía, pues la puerta de emergencia no cedía hasta que un hombre logró abrirla a puntapiés.
Entre el llanto y la desesperación, la gente comenzó a salir por la puerta de emergencia que da hacia el ala y de ahí salían corriendo para alejarse del avión. Todavía no se sentían a salvo y no dejaban de pensar en una fuerte explosión que acabaría con sus vidas.
Ya más tranquilos y reunidos todos en los patios cercanos a la pista, tuvieron que esperar más de 40 minutos para que los cuerpos de seguridad del aeropuerto acudieran en su auxilio, pero titiritaban de nerviosismo y frío por la intensa lluvia con granizo que caía, hasta que al fin fueron rescatados.
Alrededor de diez personas resultaron lesionadas, entre ellas una mujer que sufrió probable fractura de un brazo y algunos niños descalabrados.
Los viajeros fueron trasladados a un hotel adjunto al aeropuerto, donde pernoctaron y comenzaron a salir en diferentes vuelos a su destino, aunque varios decidieron esperar hasta la tarde de ayer a recibir una explicación de los directivos de Aerocalifornia, ya que el avión es muy viejo y a punto estuvieron de perder la vida sólo por la negligencia de la aerolínea.
La versión oficial fue que la lluvia impidió la visibilidad y afectó el despegue. Personal de la aerolínea guardó hermetismo y no proporcionó información con el argumento de que no sabían lo que había sucedido, pero el percance provocó la suspensión de decenas de vuelos, ya que el aeropuerto cerró hasta las dos de la madrugada de ayer.