Agencias
BOGOTÁ, COLOMBIA.- Un grupo de congresistas colombianos denunció ayer la existencia de un plan de asesinatos selectivos contra líderes políticos y dirigentes sindicales, en el que estarían involucrados sectores militares.
El representante Alexander López señaló, en una rueda de prensa en la sede del Legislativo, que “miembros de las Fuerzas Militares estarían involucrados en una denominada ‘operación Dragón’” para atentar contra la vida de varios dirigentes.
López preciso que en esa lista figuran él así como los actuales alcaldes de Bogotá, Luis Eduardo Garzón, y de Cali, Apolinar Salcedo; el gobernador del Valle (suroeste) Angelino Garzón; el senador Carlos Gaviria Díaz, y el representante a la Cámara, Wilson Borja, entre otros.
El parlamentario, sin embargo, no reveló nombres de miembros de las Fuerzas Militares y de otros sectores que estarían fraguando ese plan.
El representante Borja, por su parte, señaló en la misma rueda de prensa que los movimientos de izquierda han presentado las respectivas denuncias ante la Fiscalía General.
“La lista de los amenazados es larga”, dijo Borja, quien sufrió un atentado en el que resultó herido, el 15 de diciembre de 2000, y dijo que “si pasa algo, responsabilizamos no sólo al presidente de la República (Álvaro Uribe), sino a todas las autoridades” colombianas.
Borja dijo que la seguridad de los amenazados “no ha sido reforzada” pese a las denuncias.
Mientras tanto, una bomba estalló el jueves por la noche en un populoso sector al noroccidente de Bogotá al paso de una patrulla policial, ocasionándole la muerte a dos policías, así como heridas a otro y a una mujer que transitaba por el área, informaron las autoridades.
Al parecer, otro artefacto estalló unos 20 minutos después.
La bomba estalló alrededor de las 21:00 horas locales cuando el automóvil patrulla pasaba frente a un salón de belleza, un restaurante, un local de frutas y un colegio.
La onda expansiva causó pánico entre los residentes del área de Suba y destrucción en los ventanales de edificios residenciales del área.
“Pocos minutos después del primer estallido se escuchó otro a unos 20 metros”, dijo Diego Muñoz, residente en la zona de la explosión.
Según el director de la policía, general Jorge Castro, se trató de una artefacto con 30 kilogramos de explosivo que fue colocado junto a un poste de alumbrado público. No hay mención sobre la causa de la supuesta segunda explosión.
Los uniformados fueron trasladados a una clínica cercana donde dos de ellos murieron.
