EFE
HARARE, ZIMBABWE.- El Gobierno de Zimbabwe acusó ayer a los servicios secretos de España, Estados Unidos y Gran Bretaña, de apoyar a un grupo de mercenarios que pretendían “dar un golpe de Estado” contra el presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang.
Tales acusaciones son “rigurosamente falsas”, según el ministerio de Asuntos Exteriores español, que ha dado instrucciones a su embajador en Harare para que eleve una protesta formal ante el Gobierno de Zimbabwe.
También el Gobierno de Estados Unidos negó esas acusaciones, mientras que el del Reino Unido dijo no querer comentarlas.
El ministro del Interior zimbabwense, Kembo Mohadi, leyó ayer una declaración ante los medios de comunicación en la que dijo que los 67 presuntos mercenarios detenidos en Harare el domingo tenían como propósito “dar un golpe de Estado” contra Obiang.
Según Mohadi, los mercenarios “fueron ayudados por los servicios secretos británicos (MI6), norteamericanos (CIA) y españoles (CNI)”.
En la comparecencia, el ministro del Interior de Zimbabwe citó como fuente de las acusaciones contra los servicios secretos españoles, norteamericanos y británicos, a Simon Mann, quien se encontraba entre el grupo de mercenarios interceptados el domingo en una avión que había hecho escala en aquella capital.
Por su parte, la agencia misionera Misna, con sede en Roma, informó que el objetivo de la operación de los mercenarios era secuestrar al presidente Obiang y trasladarle a España.
Al mismo tiempo, según Misna, Obiang sería sustituido en el poder por el líder de la oposición guineana en el exilio Severo Moto, quien reside en España.
La agencia Misna informó de que el plan fue dado a conocer ante las cámaras de la televisión estatal por Nick Dutoit, considerado por las autoridades de Malabo como el máximo responsable de la operación.
Dutoit fue detenido en Guinea el fin de semana, junto a otros 14 mercenarios que ya se habían infiltrado en el país y suponían la vanguardia de la operación, ya que formaban parte del grupo de 65 detenidos en Harare.
Unas horas antes, Dutoit, de raza blanca, fue identificado como un sudafricano de 48 años, traficante de armas y diamantes que vive en Malabo desde 2003, según la agencia Misna.
Según las autoridades de Zimbabwe, Mann es un antiguo miembro de las Fuerzas Especiales Británicas (SAS).
La compañía británica propietaria del avión, Logo Logistics, ha asegurado en cambio que los supuestos mercenarios son empleados suyos que iban a servir como guardas jurados para proteger instalaciones de minería en el noreste de la República Democrática del Congo y que el escándalo se debe a “un lamentable mal entendido”.
En cambio, el Gobierno de Guinea Ecuatorial solicitó ayer la extradición de Severo Moto, tras revelar que se había arrestado al grupo de quince supuestos mercenarios, a los que ha acusado de participar en una intento golpista.
En un mensaje a la nación difundido por la radio estatal guineana, Obiang advirtió que si el Gobierno español no accedía a la petición de entrega del líder opositor, las relaciones entre ambos países podían verse perjudicadas.
“España debe decidir si se queda con Severo Moto o con Guinea”, dijo Obiang, que añadió que con su entrega la antigua potencia colonial “mostraría su buena voluntad y su cooperación” con las autoridades de Malabo.
Obiang también reveló que la supuesta intentona golpista que iban a perpetrar los mercenarios había sido frustrada gracias a las informaciones facilitadas por los Gobiernos de Sudáfrica y Angola.
El Gobierno guineano anunció, además, que los supuestos 15 mercenarios “serán juzgados de acuerdo con las leyes y disposiciones establecidas en Guinea Ecuatorial”.
Por su parte, Severo Moto negó hoy cualquier relación con los 15 presuntos mercenarios y rechazó estar involucrado en “un intento de golpe de Estado”.
“No tengo ninguna relación, ni con Sudáfrica, ni con los mercenarios detenidos en Guinea y en Zimbabue”, dijo Severo Moto, al tiempo que expresó su esperanza de que España rechace la extradición solicitada por Obiang “como hizo antes”.
