Vecinos del fraccionamiento Los Remedios alertaron a las autoridades sobre presuntos ladrones de casas-habitación que utilizan controles remotos trucados que, al adaptarlos a la señal de las puertas automáticas, abren cocheras y roban desde automóviles hasta lo que se les pone enfrente, saqueando prácticamente las viviendas.
Con el testimonio de una vecina del fraccionamiento a quien le estuvieron a punto de robar su hogar, se constató que los rumores de otras llamadas hechas a este medio de comunicación eran verdad.
Por razones que consideró necesarias para su seguridad, la señora Rosa prefirió mantener sus generales en el anonimato, y manifestó que en días pasados, en compañía de sus hijos, permanecía en su casa y repentinamente el portón de la cochera se abrió; lo extraño ?señaló- es que ninguno de los moradores estaba fuera.
Es una falla del mecanismo ?pensó-; luego, otro de los habitantes revisó por fuera y se percató de que un vehículo desconocido, sin placas, pretendía entrar, pero al ver gente en la casa, el conductor se dio a la fuga.
El temor de los habitantes del lugar lo constató El Siglo de Durango, al realizar un recorrido por algunos domicilios del fraccionamiento, ya que, al llamar a cada uno, sus moradores preferían contestar las preguntas por medio del interfon; otros mandaban a sus hijos pasa señalar al reportero de la fuente que sus padres no estaban, se hallaban en misa o en el club.
El motopatrullero Juan Moreno, de Seguridad Pública, entrevistado al realizar un rondín por el asentamiento en mención, precisó que de momento no tienen conocimiento de algún robo de esa naturaleza, salvo los ocurridos hace unos días donde, por calle Circuito las Brisas, cuatro viviendas fueron abiertas por ladrones utilizando duplicados de las llaves originales o ganzúas, ya que no había ninguna señal de violencia en puertas y ventanas.
Aquí es diferente la delincuencia que viene a los fraccionamientos de clase alta a ?operar?; no son boqueteros o ladrones de calle: son sujetos que utilizan tecnología y vigilan a sus posibles víctimas por días, hasta que se familiarizan con sus hábitos y detectan el momento preciso para hacer de las suyas.
?Para esta área estamos asignados la unidad 129 y dos motociclistas; establecemos horas de vigilancia y la extendemos. Ya en la noche se turnan otros compañeros, pero, al igual que otros puntos de la ciudad, no se queda sin seguridad?, finalizó comentando.