Durango

Depende de la mujer que no la golpeen

Rafaela Cruz viuda de Sierra y Sofía García García pasan los últimos años de su vida bajo el cobijo del Asilo de Ancianas San Vicente de Paul. Después de que sus vidas fueron muy distintas, se encontraron al final del camino y lograron ser buenas amigas.

Ayer se conmemoró el Día Internacional de la No Violencia hacia la Mujer; ellas no conocían a ciencia cierta la fecha, pues entre la calma de su cuarto y el hogar que las alberga no se percatan de muchas cosas que suceden en el mundo exterior.

Las cosas han cambiado desde que eran jóvenes, pero aun así piensan que nada justifica el maltrato hacia el sexo femenino. Reconocen que ahora la mujer es mucho más libre, tiene el poder de denunciar a su agresor y de luchar por sus ideales.

Y es que ellas tuvieron una educación diferente aunque, por fortuna, no sintieron el castigo de unas manos que las lastimaban. Ambas tuvieron una vida lejos de la violencia.

Cada una en su cuarto encuentra la paz en la oración, encomendándose al Todopoderoso y viendo cómo las mujeres han sufrido una transformación en su rol social con el paso de los años, aunque no están de acuerdo con algunas cosas.

?La vida es muy distinta, ahora ya tienen una educación diferente. La mujer ya no es recatada como antes, ya no hay respeto en ningún lado?, contó con melancolía doña Rafaela, haciendo referencia a la vestimenta utilizada en la actualidad, misma que deja al descubierto algunas partes del cuerpo, lo cual propicia el acoso de los varones.

Dijo que su vida al lado de su marido tuvo sus momentos felices, aunque también hubo algunos problemas. ?Nunca me pegó, pero esa situación también depende de la mujer, de que uno se dé a respetar?, declaró.

Ahora, las mujeres ya no son hogareñas y resaltó que aunque hay hombres muy violentos, las mujeres también son iguales o peores en algunos casos.

?Se podría cambiar de vida si ellas quisieran, pero eso también es falta de fe, se olvidan de Dios, no tienen temor de él y las cosas no se arreglan?, indicó.

En el caso de doña Sofía, recordó que antes la mujer trabajaba arduamente en su casa y se ?llenaba de hijos?; ahora, ya es parte de la vida laboral. ?Mi mamá hacía las tortillas a mano, ya después aparecieron las tortillerías?, contó desde su silla de ruedas.

?Ahorita las mujeres son muy liberales, pero pienso que se deben dedicar a su casa, sobre todo a sus hijos. La educación tiene que salir desde el seno de la casa?, platicó.

A sus 89 años ha visto morir a sus cinco hermanos y expuso reprobar enfáticamente que los hombres golpeen a sus compañeras, o bien, las repriman. ?A mí nunca me pegaron, pero a otras muchachas hasta los novios les pegan; cada vez está peor el mundo?, comentó.

Y las dos mujeres coincidieron en establecer que la mejor herramienta para tener una sana convivencia es la comunicación, que tanto el hombre y la mujer pongan de su parte para sacar adelante a sus familias.

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