NO EXISTE UNA REAL DIVISIÓN DE PODERES
La "célula más importante de la República", siempre ha estado en la ruina.
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- El Municipio siempre ha estado en la ruina en materia económica, política y social. Urge un cambio dentro de la llamada célula política más importante del territorio nacional para el ejercicio de la democracia, porque no se ha avanzado desde la Constitución de 1917, más que dos o tres pasos, que a veces retroceden.
José Javier Zambrano Segura, catedrático de las materias de Derecho Constitucional y Administrativo de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de Coahuila, advierte la necesidad de una reforma seria para que el Municipio tome el papel que le corresponde dentro de la nación mexicana.
El artículo 115 y 116 de la Constitución establece cómo deben organizarse las Entidades Federativas y dentro de esos lineamientos prevén la existencia de una entidad política administrativa llamada Municipio, que es la célula política más importante para el ejercicio de la democracia.
México, refiere, es un país que por necesidad debe entrar a un cambio estructural para llegar a la democracia, que puede ser la Reforma integral de Estado, que incluya la estructura y funcionamiento del Municipio, “porque no podemos olvidar que las reformas comienzan en la base y la base de la estructura del Estado Mexicano está en el Municipio”.
Por su parte, el abogado José Guadalupe López Domínguez coincide con el catedrático al señalar: “Estamos todavía muy lejos de llegar al régimen constitucional de los ayuntamientos y tenemos encima la bota del Estado y del Gobierno Federal. Es increíble que todavía batallen los municipios para que les lleguen los recursos”.
Mientras no haya una Reforma de Estado, integral, valiente y revolucionaria, que cambie en gran medida la profundidad de las normas que rigen en materia política, asegura López Domínguez, “vamos a seguir igual. Hay que ser realistas, porque los avances en materia electoral son pocos, aunque hay innovaciones que echan un brinco para allá y otro para acá”.
Sin autonomía
A diferencia del Estado Federal y las Entidades Federativas, que tienen tres Poderes u órganos, explica Zambrano Segura, el Municipio nada más tiene dos órganos delimitados: uno llamado Ayuntamiento, que es de decisión, no legislativo, con facultades para emitir o decretar reglamentos de leyes ya existentes y el Tribunal Municipal, pero con dependencia directa del Alcalde, es decir, no existe autonomía.
Una de las fallas en el Municipio, dice por su parte López Domínguez —quien fungiera como secretario del Ayuntamiento en el trienio 1982-84—, es la dependencia del Tribunal de Justicia Municipal, creado para ventilar los asuntos relativos al Ayuntamiento. “Si vamos hablar de autonomía, de que los tribunales hagan lo que les corresponde, no es cierto, por una razón elemental: es el Presidente Municipal el que designa a los funcionarios y los quita. Aquí cabe aquello de que el que paga manda”.
En forma constante, añade, se tiene conocimiento de críticas de jueces que tuercen algunos dictámenes de los tribunales municipales. Es muy sabido que no hay ninguna división jurisdiccional de poderes, es decir, el Municipio administra y los tribunales aplican la justicia administrativa municipal. “Quizá llegue el momento en que los tribunales lleguen a ser autónomos, pero en la actualidad no son, sería una mentira decir que así es”.
Aunque está sujeto a las decisiones del Cabildo, advierte el ex funcionario, el Presidente Municipal tiene sus prerrogativas y es común que la mayoría de los regidores vote a favor de una decisión del Alcalde, pero sólo porque es del mismo partido, mientras los de oposición votan en contra, ya que todo lo ven con ideas partidistas y ése es el peor error que existe en el régimen de partidos.
“Estamos muy lejos de que haya independencia entre los regidores, porque cada uno estará atento a lo que diga el Presidente Municipal. A lo mejor dos regidores, cuando menos, deberían decirle al Alcalde que su propuesta no es la correcta, dado que no es infalible y presentar otra, pero por lo general hay acuerdos previos y hay línea cuando se llega a las sesiones de Cabildo, además de que no existe capacidad”, asegura López Domínguez.
Desde antes de las elecciones, analiza, los regidores pasan a segundo término y se observa en los debates que se organizan en la televisión, radio o prensa escrita y ya en el poder es la misma situación, lo cual califica como error terrible que nadie quiere ver.
“En las elecciones para Presidente Municipal, los regidores de su planilla también son votados, al igual que los de mayoría relativa, pero no les dan oportunidad para que expongan qué harán en caso de llegar al cargo”.
Hay una aparente independencia, expone, la de las comisiones, como la de Alcoholes, Salud y otras, pero por lo general es sólo uno el que trabaja en los proyectos. No hay en realidad oportunidad de conocer si un regidor tiene capacidad profesional para ejercer el puesto. Por lo general son nombrados porque son amigos del candidato a presidente, porque es pariente o es influyente.
“Hay síndicos que no son abogados, no sé cómo le hacen si son representantes jurídicos, qué van hacer, máxime en los municipios pequeños y claro, cómo van a discrepar de la línea del presidente si no son capaces. Si hay un regidor capaz, valiente, que sabe lo que hace, puede ayudar al Alcalde”.
El regidor por el PRD, Juan Antonio Zapata, dice por su parte que no se oponen sólo por oponerse durante la toma de decisiones en aspectos importantes durante las reuniones de Cabildo, “pues debemos tomar una actitud más consecuente con los intereses de la ciudadanía”.
En cuanto a la mayoría panista en este trienio, coincide con López Domínguez y Zambrano Segura, en el sentido de que los regidores del PAN muchas de las veces no razonan su voto. Se da una votación automática, “es decir, nos pasa por encima la aplanadora y no se diferencia mucho de las administraciones priistas”.
Podemos decir, añade, que no hay una independencia del Cuerpo de Regidores, con respecto al Alcalde, pues siempre votan en bloque y sacan adelante sus propuestas.
Esperanza Rodríguez Lomas, décimo quinta regidora, añade que por lo regular sus propuestas son ignoradas, dado que en forma sistemática se impone la decisión de los diez regidores y el síndico del partido del Alcalde, quienes ni siquiera hacen cuestionamientos.
Covadonga del Moral Rossette, regidora del PAN, dice que su partido siempre ve por el bien común, aunque hay críticas negativas por su postura, “pero nosotros siempre vemos por el bien común”.
Reconoció que hay algunos puntos negativos dentro de la administración municipal, aunque no especificó cuáles, “pero los regidores del PAN siempre trabajan por el bien común. Siempre, siempre, el bien común”.
Unilateralismo
Cuando se habla de los municipios como entidades de Gobierno autónomas, dice López Domínguez, de acuerdo a la Constitución Política, desde su nacimiento jurídico debemos suponer que se deben regir con sus órganos en forma autónoma.
La Fracción I del Artículo 115 Constitucional dice: “La competencia que esta Constitución otorga al Gobierno Municipal se ejercerá por el Ayuntamiento de manera exclusiva y no habrá autoridad intermedia alguna entre ésta y el Gobierno del Estado”.
En los casos de los ayuntamientos, analiza López Domínguez, el Gobierno se convierte en una tendencia unilateral de los partidos políticos de meter las manos en las administraciones municipales. Se observa un interés de tomar decisiones como si fueran de partido y se cae en un vicio, a veces involuntario, aunque hay regidores que quieren llevar las cosas en forma adecuada.
La forma de gobernar en los municipios se encuentra en ocasiones viciada y como consecuencia, es deficiente. Esto se puede observar casi todos los días, en el tratamiento de las obras, por ejemplo. “Muy a pesar de que el Alcalde pudiera tener la intención de querer hacer obras prioritarias, siempre es atraído por la influencia de su partido para hacer obras de relumbrón, aunque eso se niega”.
Aquí tenemos en Torreón, refiere el ex secretario del Ayuntamiento, que cuando el PAN asciende al Gobierno Municipal, pinta de azul todo: cuadernos, recibos, listas, puentes y todo lo que se le pone enfrente lo pinta de azul. Es una tendencia partidista que se mete en la administración, que debe ser por entero ciudadana. En todo caso, debiera haber un color para los ciudadanos. “Eso es absurdo y deshonesto, pero así sucede también con otros partidos”.
Mientras los Gobiernos no tengan una limitante para que pierdan toda relación con los partidos que los llevó al poder, asegura, van a seguir surgiendo problemas como hasta hoy a todos los niveles. “Cada vez que meten las manos los partidos a los Gobiernos, todo se descompone, porque toman partido y el que gobierna no debe tomar partido, debe gobernar parejo. Hay mucha diferencia en eso”.
Los regidores
La reelección de los regidores, al igual que la de los diputados, está prohibida por la Constitución Política y por lo tanto, habría que modificarla para que se pudiera concretar, declara el secretario de Gobierno de Coahuila, Raúl Sifuentes Guerrero.
Hace poco tiempo, recuerda, se sugirió al Congreso Local enviar una Iniciativa de Ley al Congreso de la Unión para que se permitiera la reelección de los diputados, pero todo quedó ahí.
Una reforma de esa naturaleza, destaca, tendría que recorrer un largo camino entre los Congresos Locales y el de la Unión para su aprobación, pero en la actualidad no hay nada respecto a eso.
Por su parte, el abogado José Guadalupe López Domínguez dice que la reelección de regidores sería sana siempre y cuando ese personaje deje constancia de su profesionalismo, que trabajó por su Municipio. Debe haber instrumentos muy específicos para poder llegar a la conclusión de si es bueno o no. “A los regidores, ahorita ni los conocemos, para acabar pronto”.
El catedrático José Javier Zambrano Segura dice al respecto que en Estados Unidos se les llama Concejales a los regidores o ediles y son electos en forma directa por la ciudadanía, a diferencia de México, que se hace por fórmula, dado que así lo establecen las leyes electorales, pero eso no significa que las leyes sean eternas, pueden cambiar.
El catedrático asienta: “Las leyes no son eternas, la sociedad vive cambiando, el pensamiento jurídico siempre está en movimiento. No hay nada estático dentro de la sociedad y por lo tanto, son convenientes las reformas”.