11 de febrero de 2004.
MIAMI, (AP).- Ocho cubanos interceptados cuando trataban de llegar a Estados Unidos a bordo de un automóvil Buick 1959 transformado en balsa fueron repatriados por la Guardia Costera. Sin embargo, ni el gobierno del presidente George W. Bush ni un juez han decidido el destino de otros tres balseros que navegaban en el vehículo.
En tanto, 98 cubanos interceptados dentro de tres presuntas operaciones de tráfico de inmigrantes en días recientes fueron también deportados. Cinco presuntos traficantes detenidos en lanchas rápidas están bajo custodia de las autoridades estadounidenses, informó la Guardia Costera.
Tres cubanos que viajaban en el coche-balsa, miembros de la misma familia, permanecen en una embarcación de la Guardia Costera en el mar, mientras un juez federal en Miami decide si tienen derecho de entrar en Estados Unidos. El gobierno de Bush puede decidir el destino de la familia si el juez no emprende una acción antes de hoy.
El grupo de 11 balseros fue descubierto desde una aeronave de las autoridades estadounidenses la semana pasada, cuando navegaba entre Cuba y Florida.
Luis Grass Rodríguez, su esposa y su hijo de 4 años, han recibido un trato distinto porque diplomáticos estadounidenses lo habían entrevistado en La Habana, sobre una solicitud de visa, después que su furgoneta Chevrolet convertida en balsa se hundió en el mar en julio pasado.
Cuando los cubanos llegan al territorio estadounidense, las autoridades suelen permitirles su permanencia, pero casi todos los que son interceptados en el mar terminan deportados.