La ex atleta cubana Ana Fidelia Quirot, dos veces campeona del mundo de 800 metros y subcampeona olímpica, dijo ayer que confía en que "Cuba recupere en Atenas su nivel de siempre" después del bache sufrido tras los Juegos de Sydney.
"Después de los Juegos de Sydney pasamos por una mala racha debido sobre todo a las lesiones de Iván Pedroso y Anier García y a la retirada de Javier Sotomayor. En Atenas acudiremos con gente joven que aspira a todo", señaló Quirot, campeona mundial de 800 metros en Gotemburgo 95 y Atenas 97 y subcampeona olímpica en Atlanta 96.
Según Quirot, el equipo cubano se presentará en la próxima cita olímpica con opciones en varias disciplinas, como la martillista Yipsi Moreno, la lanzadora de peso Yumileidis Cumbá, la jabalinista Osleydi Menéndez y el triplista Yoandri Betanzos, sin olvidar, recuerda la ex atleta, a un campeón como Iván Pedroso "que siempre puede ser capaz de todo".
El futuro del atletismo cubano no preocupa a Quirot, uno de sus principales símbolos de los últimos años junto al plusmarquista mundial de altura Javier Sotomayor y el campeón de longitud Pedroso.
"Tenemos jóvenes en varias especialidades que darán mucho que hablar", señaló.
Sobre el dopaje en el deporte, Ana Fidelia Quirot mostró su preocupación por "un asunto que debe inquietar a todo el mundo" y explicó que en su país, "aunque se ha dado algún caso, la incidencia de este problema es de las menos significativas por los controles por sorpresa y la dura penalización para los infractores".
La ex mediofondista disputó su última carrera en 1998 y se retiró de las pistas en el año 2000. En Cuba se dedica a "impartir experiencia entre las nuevas generaciones" y participa en un programa de televisión donde se divulgan los valores del deporte, como "la honestidad, la voluntad, la perseverancia y el juego limpio".
Quirot no ha abandonado del todo la actividad deportiva, ya que actualmente sigue un plan de desentrenamiento después de 23 años dedicada al atletismo. "Es importante cuidarse después de abandonar la alta competición, no se puede parar en seco porque se pueden producir enfermedades e infartos", explicó.
A sus 38 años aún recuerda que mantiene la tercera mejor marca mundial de la historia en 800 metros. Su vida quedó marcada en 1993 por un accidente doméstico que le quemó el 50 por ciento de su cuerpo, lo que no fue un obstáculo para ganar después de múltiples intervenciones quirúrgicas los títulos mundiales en 1995 y 1997.
