Como muchos otros derechos humanos continúan en la mente y esfuerzo de las personas más inteligentes, cultas y sanas de este planeta, los logros son evidentes así como los fracasos, el destino de nuestra especie depende ello, han existido ?idealismos? que sostienen estar en el camino correcto para grupos pequeños, grandes o globales, los argumentos han sido múltiples, pensados en forma estructurada pero frecuentemente sin tomar suficientemente en cuanta la variable y compleja naturaleza humana, los prejuicios, errores de evaluación y esquemas sobre valorados e imaginarios han provocado equivocaciones históricas con malas consecuencias, también se han tenido enormes logros que disfrutamos y hacemos el esfuerzo por aumentar para bienestar de nuestros hijos y las futuras generaciones, la edad media y su penosa oscuridad dio paso a la luz del conocimiento, la inteligencia se activó derrumbando prejuicios y errores en la percepción de la realidad, la naturaleza y el hombre como parte de ella fue más conocida y comprendida y con esto la dignidad humana está aumentando de valor, los cambios han sido radicales aunque no en todo el mundo ya que el estilo medieval persiste entre personas, pueblos y culturas.
Los niños ha sido favorecidos por este avance ya que en familias sin grandes problemas económicos, con buena cultura y sin exagerada neurosis los infantes disfrutan de un mejor ambiente, la agresividad destructiva física o mental tienden a disminuir, el respeto a la individualidad en maduración y crecimiento es una realidad, la educación escolar ya no es lo que hace apenas treinta años cuando los maestros podían y algunos creían que la conducta debía ser de ataque físico o psicológico, la humillación, amenaza y el sentimiento de culpa eran usadas con más frecuencia e intensidad (aún se usa) para ?motivar? al estudio y ?preparar? a los niños para enfrentar la vida, ahora sabemos lo absurdo de este pensamiento y conducta y sin embargo antes como ahora el verdadero motor de la agresividad contra los niños es la neurosis de los adultos con la apariencia de tener buenas intenciones.
Ahora existen escuelas para padres y los maestros tienen información más realista de la psicología infantil, las mejores escuelas tienden a ajustar sus técnicas a la personalidad característica de cada niño, los padres estamos atentos a evitar excesos o conductas inadecuadas de los maestros, existe un acuerdo racional y sincero de ayudar a nuestros hijos y a los niños en general.
Los derechos del niño forman parte de los derechos del hombre, actualmente son más declaraciones políticas que una realidad, como muchos otros derechos (de la mujer, educación, trabajo, libertad, salud, igualdad, democracia, etc.) son ideales posibles y dependen de nuestro entendimiento y buena voluntad
El amor a los niños es espontáneo y natural, es de hecho una necesidad, el verlos reír, jugar y crecer de acuerdo a su particular individualidad es el placer más intenso que se puede llegar a tener, pero cuando existen prejuicios tradicionales que se convierten en absurdas normas o los padres y maestros son neuróticos la ira o ansiedad se canaliza contra los niños en forma destructiva.
Los niños de hogares por debajo de la línea de pobreza, con padres dañados psicológicamente en forma profunda, con alguna drogadicción, en familias incompletas o disfuncionales el ideal de los derechos del niño son prácticamente imposibles de alcanzar y la existencia humana se convierte en un sufrimiento constante y profundo
Los llamados ?niños de la calle? son el extremo de esta inhumanidad, la prostitución, drogadicción, demencia por drogas y abandono son impresionantes, es increíble pensar en matar a los niños de la calle como sucedió en Brasil o traficar con órganos de niños como me cuesta trabajo pensar pero que es posible que suceda, los sobrevivientes serán muy probablemente personas con una emoción de odio y desesperación que difícilmente curarán, parece un ideal pero es una urgencia que la economía y sistema social sean más favorables para mejorar la existencia humana en todas las edades
Humanizar es en mi opinión mantener los sanos instintos que nos ayudan en un ambiente razonablemente seguro y evitar los que surgen el dolor, miedo y humillación, en el primer caso será el amor a la vida y a nuestros semejantes en el segundo el odio a vivir y el impulso de provocar sufrimiento en los demás.
Para acercarnos a que los niños disfruten de sus derechos es indispensable que los adultos disfrutemos de una personalidad madura y con mínima neurosis, tengamos información básica de lo que es la infancia su desarrollo y necesidades, tener presente que el trato debe ajustarse a las características individuales evitando los moldes ciegos y absurdos, estar conscientes que el tratar con un niño no nos da el derecho a considerarlos sin inteligencia y dignidad, recordar en lo posible los momentos felices de nuestra infancia, con la inteligencia, inocencia, fantasía y espontaneidad que entonces disfrutamos, evitando que nuestra mente de adulto intente imponer la parte absurda de nuestra visión a un ser más sano que nosotros.
