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BAGDAD, IRAK.- Los insurgentes lanzaron ayer múltiples ataques contra la policía iraquí en la zona conocida como el Triángulo Suní, matando a 25 personas -en su mayoría policías- al día siguiente de que un grupo político suní se retiró de la campaña electoral debido al deterioro de la seguridad.
Igualmente ayer, un grupo islámico anunció que asesinó a ocho empleados iraquíes de una firma de seguridad estadounidense a quienes acusó de respaldar la invasión estadounidense. Otros dos fueron liberados.
“Los terroristas intentan destruir la unidad nacional de Irak”, indicó una declaración emitida por la Asamblea Nacional Interina. “Sus intenciones tienen como fin dañar a este país que encara desafíos cruciales en un periodo de enorme dificultad.
“La respuesta a estas acciones requiere la atención nacional y una contundente unidad entre todos los iraquíes”, indicó la legislatura interina, que será reemplazada tras las primeras elecciones libres en Irak desde 1958.
La red local de televisión dijo que 34 personas murieron ayer, entre ellas 26 policías y guardias nacionales, pero esa cifra no pudo ser independientemente confirmada. Doce policías murieron cuando varios asaltantes atacaron una comisaría situada a 20 kilómetros al sur de la ciudad de Tikrit, cuna del capturado dictador Saddam Hussein, dijo el funcionario del Gobierno local Arkan Mohammed.
Un vehículo cargado de explosivos mató a cinco iraquíes de la Guardia Nacional e hirió a 26 cerca de Baquba, una aldea situada a 57 kilómetros al noreste de Bagdad, después que los soldados acordonaran el área para desarmar una bomba colocada al pie de una carretera, dijo el mayor Neal O’Brien.
En Baquba, varios atacantes asesinaron al capitán Na’em Muhanad Abdula, comandante de la Policía local, e hirieron a tres de sus hombres, dijo su vocero.
En Mosul, a 360 kilómetros al noroeste de Bagdad, un asaltante atacó una comisaría policial en el distrito de Hadbá, según el capitán de la policía Ahmed Jalil. Murió un agente.
Además, el principal grupo político suní se retiró el lunes de las elecciones de enero, horas después que un atacante suicida detonara su vehículo cargado de explosivos y matara a 15 personas en Bagdad.
La campaña insurgente para boicotear las elecciones del 30 de enero aumentó paulatinamente en las últimas semanas, y muchos partidos y grupos religiosos sunís decidieron no participar en ellas, además de pedir su aplazamiento hasta que sea estabilizada la situación de la seguridad.
Los insurgentes atacaron principalmente a los miembros de las fuerzas de seguridad del Gobierno interino -a los que consideran colaboradores de las fuerzas estadounidenses- matando a centenares de ellos en los últimos dos meses.
Los diez empleados de la firma de seguridad estadounidense Grupo Sandi al parecer fueron secuestrados el 13 de diciembre por guerrilleros que dijeron pertenecer al Ejército del Muyaedín, la Brigada de la Bandera Negra y la Brigada Mutasim Belá. Fueron capturados en la carretera entre la ciudad central de Fallujah y Bagdad.
“Ocho han sido ejecutadas porque quedó demostrado que respaldaban al Ejército de ocupación”, indicó la voz de un hombre. Los otros dos serán liberados por falta de pruebas, agregó el grupo en una declaración grabada.