21 de febrero de 2004.
Bagdad, (EFE).- El Administrador provisional para Irak, el estadounidense Paul Bremer, aseguró que "problemas técnicos graves" impiden la celebración de elecciones generales en el país antes de "un año o quince meses".
Bremer utilizó la oportunidad que le brindó la cadena árabe de televisión "Al-Arabiya" para apuntillar las demandas del líder de la comunidad chiíta, ayatolá Ali Sistani, quien había exigido una consulta electoral antes de que EU devuelva la soberanía al pueblo iraquí, el próximo 30 de junio.
"Existen problemas técnicos muy importantes que necesitan tiempo para ser resueltos, entre un año y 15 meses", dijo el responsable estadounidense en un entrevista divulgada la noche del viernes por el citado canal.
"Irak no tiene una ley electoral, no ha creado una comisión nacional que regule la ley de partidos, ni lista de votantes; no se ha realizado un censo confiable en los últimos 20 años", explicó Bremer en el extracto de la entrevista emitido.
En un informe presentado el jueves, la ONU respaldó la teoría de Estados Unidos y aseguró que tras examinar la situación en el país, no creía posible que en las actuales condiciones se pudiera organizar un proceso electoral.
Sistani, como ya anunció, parece haber aceptado la opinión del secretario general de Naciones Unidas, ya que ha exigido a Kofi Annan garantías de que comenzarán los preparativos y que no habrá más retrasos.
En unas declaraciones facilitadas por escrito al diario alemán "Der Spiegel", el ayatolá, que no recibe a la prensa, exigió a Naciones Unidas que "garantice al pueblo iraquí que los comicios no volverán a ser evitados con los mismos pretextos que se invocan ahora".
Una vez conocida la opinión de la ONU, los líderes iraquíes han comenzado a discutir de nuevo qué formula va a ser adoptada para elegir el Gobierno de transición que recoja el testigo norteamericano.
El plan propuesto en principio por las autoridades de ocupación es la elección del Ejecutivo a través de votaciones en comités regionales -caucus-, como se hace para designar a los candidatos a la presidencia en Estados Unidos.
Pero la idea no ha sido bien recibida entre la clase política iraquí, donde crece la apuesta por prorrogar el mandato del actual Consejo de Gobierno provisional o incluso crear una "Asamblea Nacional", semejante a la Loya Jirga de Afganistán.
"El sistema de 'caucus' no ha recibido mucho apoyo. Hay un gran número de ideas que están en discusión. Siempre hemos dicho que estamos abiertos a modificaciones", admitió el viernes el portavoz de la Casa Blanca, Scott Mc Clellan.
Bremer dejó claro el jueves que esos cambios pueden afectar a la fórmula, pero nunca a la fecha de trasferencia de poder, que se mantiene "inalterada".
En la calles, sobre todo entre la comunidad chiíta, el informe de la ONU no ha sido bien recibido. "Somos soldados de Sistani. Queremos comicios libres y limpios. No permitiremos que los extranjeros decidan nuestro futuro", eran algunas de las consignas más gritadas el viernes por los fieles a la salida del rezo comunitario.
Sistani, cuya palabra es respetada por la práctica mayoría de la población chiíta iraquí -el 60 por ciento del total del país-, consiguió movilizar el pasado enero a millones de personas que salieron a las calles en demanda de elecciones.
El próximo dos de marzo podría aprovechar el día de "Ashura", la fiesta más sagrada del chiísmo, para hacer una nueva exhibición de fuerza.
Se espera que millones de chiítas llegados de todo el mundo se concentren en las ciudades santas de Nayef y Kerbala para conmemorar el martirio del imán Husein, nieto del profeta Mahoma, muerto en esta última ciudad en el año 680 después de Cristo a manos de las huestes suníes del califa omeya Yazid I.
Los radicales, como el imán Murtada Sadr, ya han advertido que no aceptan el veredicto del organismo internacional y que están dispuestos a "prender la llama de la revolución".
