Tegucigalpa, (EFE).- El hondureño Samuel Bonilla tendrá que buscar otra forma de ganarse la vida, porque disfrazarse de mujer embarazada para pedir limosna no le duró mucho tiempo al ser descubierto por la policía.
La idea de disfrazarse de mujer embarazada se le ocurrió a Samuel hace unos dos años, al ver que una joven, en verdadero estado de gestación, pedía limosna en las calles de San Pedro Sula, norte de Honduras, para el sustento diario.
La historia la destaca, el diario local "La Prensa", que además la ilustra con tres fotografías, una de ellas con Samuel vestido de una mujer que parece estar cercana a la maternidad.
Samuel, quien según la versión del rotativo es homosexual, además se cubría la cabeza con una toalla y utilizaba una bata y zapatos de mujer, para no despertar sospechas.
Cuando salía de su humilde residencia en Cofradía, comunidad cercana a San Pedro Sula, Samuel iba vestido de hombre con mochila al hombro, en la que llevaba una bata y otros trapos viejos para convertirse más tarde en una pordiosera mujer embarazada.
Al ser descubierto por la policía, Samuel confesó que se disfrazaba para ayudar a su madre, Petronila Lemus, quien comentó que le avergüenza el papel que asumió su hijo, pero que le conforta saber que no fue detenido por "marero" (pandillero) o ladrón, de los que abundan en Honduras.
Pedir en las calles de la calurosa ciudad de San Pedro Sula, a Samuel le generaba un ingreso de unos 200 lempiras diarios (unos 10.8 dólares), nada despreciable en comparación con más de dos millones de hondureños que subsisten con menos de un dólar al día, según cifras oficiales.
Samuel, quien no sabe leer o escribir ni tiene cédula de identidad, ahora quiere regresar a las esquinas de San Pedro Sula tras quedar en libertad ya que no se le ha presentado ningún cargo.
Quiere una oportunidad de trabajo, al menos como vendedor de diarios, aunque teme que no lo acepten después de haberse publicado los detalles de su pasado.
