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Descubren cómo corregir la hemofilia

Madrid, (EFE).- Un equipo de científicos españoles ha comprobado que los injertos de piel modificada genéticamente corrigen enfermedades como la hemofilia o la osteoporosis, al aportar a la sangre factores que ésta no produce.

Este grupo del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT), coordinado por José Luis Jorcano y que investiga en ingeniería tisular y terapia génica de la piel desde los años 80, trabaja ahora en experimentos con ratones a partir de los cuales ha visto que la piel actúa como biorreactor que sintetiza un producto y lo exporta al torrente sanguíneo.

La experiencia clínica en humanos a partir de la investigación de este equipo, junto con la Cruz Roja de la ciudad española de Oviedo, en tratamientos de regeneración de la piel a partir de tejidos cultivados en laboratorio se ha aplicado hasta ahora a cerca de un centenar de personas con gran éxito, dijo Jorcano a la prensa.

El tejido de piel genéticamente modificado y aceptado por el organismo del paciente sometido a injerto a causa de quemaduras severas (las que abarcan más del 60 por ciento del cuerpo) se sitúa en unos niveles de éxito de entre el 20 y el 90 por ciento.

Este tipo de injertos de piel no se limita a las quemaduras, sino que también se está trasladando al tratamiento de úlceras, que en el caso de las crónicas (abiertas durante más de seis meses y que afectan al 2 por ciento de la población) permite la cicatrización de las heridas en un 80 por ciento de los casos.

Para las úlceras, el material del tejido utilizado no procedería del enfermo, sino que se generaría a partir de células de donantes, especialmente de niños (piel del prepucio en las comunidades donde se practica la circuncisión o restos de operaciones).

Al aplicar el tejido cultivado sobre la úlcera, se produce la expansión de la piel del enfermo a partir de los bordes de la herida, que cicatriza en un período de unas 6,6 semanas, según los resultados de las pruebas.

Pese a las ventajas de esta técnica, existe un porcentaje de aproximadamente el 25 por ciento de úlceras que es recidivo, es decir que reaparece pasado un tiempo debido a que "el tratamiento no cura la enfermedad", precisó el director de la investigación.

Otro de los hallazgos de este equipo es que la piel injertada tras su paso por el laboratorio permite administrar leptina en pacientes con lipodistrofia, mal que sufren los enfermos del sida.

La ingeniería tisular utilizada por estos investigadores para la reconstrucción de la piel se realiza a partir de una biopsia de dos centímetros cuadrados, de la que se puede obtener en unas tres semanas una superficie de piel cultivada de un metro cuadrado.

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