El conflicto entre vecinos de las colonias del sur de la ciudad de Torreón y autoridades de la Dirección de Obras Públicas y Urbanismo del Estado, debe ser resuelto por la vía de la negociación. La diferencia deriva de la barda que construye la empresa Ferrocarril Mexicano, para impedir la circulación de personas al través de la vía férrea que divide nuestra ciudad desde su origen fundacional.
Es curioso que tal conflicto estalle a la par de la construcción de dos puentes elevados para el paso vehicular y peatonal, en respuesta una demanda ciudadana que pedía integrar a las referidas colonias mediante pasos modernos y seguros. Algunos vecinos están inconformes con el cierre del paso por las vías y demandan accesos peatonales a discreción, lo que pone en un predicamento a la autoridad y cuestiona el sentido que haya tenido hacer la obra.
El conflicto derivó la semana pasada en el cierre de la prolongación de la calzada Cuauhtémoc por parte de los inconformes y finalmente en represión policíaca. De las propias filas del Gobierno de Coahuila, se señala como responsable al director de Urbanismo Jorge Viesca Martínez y se pone en entredicho su voluntad y capacidad negociadora frente a los ciudadanos que han expresado su inconformidad del modo indicado.
El problema debe atenderse al margen de todo ánimo autoritario y represivo, buscando alternativas que resuelvan el problema que plantean los vecinos, en un marco razonable que preserve la seguridad de los usuarios. Los ciudadanos afectados deben poner de su parte, porque la presencia de las vías implica una cuestión ancestral y consumada, que debe resolverse en un marco de irremediable apego a esa realidad.