OCUCAJE, Perú, (Reuters) - Con sólo una brocha y un cincel, el explorador Mario Urbina va a la caza de tiburones gigantes y ballenas enanas, sumergiéndose en el fondo de un mar prehistórico, está el desierto de Ocucaje en Perú.
Urbina es un peruano aficionado a la paleontología, que tiene la piel agrietada por el sol y el cabello revuelto de arena, de tanto vivir en medio de ese desierto tapizado de fósiles marinos de hasta hace 25 millones de años, únicos en el mundo por su estado de conservación y variedad.
Ocucaje era una zona de bahías e islas con un mar tranquilo y de poca profundidad, tenía un ambiente semitropical de palmeras con gran diversidad de fauna, donde existieron las condiciones adecuadas para la fosilización de los animales.
"Este es uno de los mejores lugares del mundo para hallar fósiles marinos del Cenozoico bien conservados", dijo Urbina a Reuters, mientras caminaba enfundado en su atuendo de dril verde olivo por el valle de dunas y montañas formadas de sedimento marino blancuzco y amarillo, unos 336 kilómetros al sur de Lima.
El investigador, considerado por los expertos como "un gran descubridor de fósiles", camina señalando las líneas estratigráficas dibujadas en los cerros, que muestran las distintas épocas geológicas.
Y mientras habla emerge del desierto un océano repleto de ballenas enanas, tiburones gigantes, delfines picudos, focas, pingüinos y hasta cocodrilos marinos que habitaban esas bahías en el Cenozoico, que abarca las eras terciaria y cuaternaria.
"Aquí estamos en el fondo de un océano de hace 10 millones de años, esto era el gran centro de una laguna que tendría unos 30 metros de profundidad. Era un gran hotel, todos venían aquí a reproducirse en la misma época del año y quizás las guías de las migraciones eran las ballenas", explicó Urbina.
Al caminar ahora por el desierto de Ocucaje es un desafío no pisar dientes de tiburón dispersos en la arena. Se ven esqueletos casi completos de cachalotes, dunas coronadas de caracolas y se puede tropezar con un cerebro de delfín en una roca.