AGENCIAS
WASHINGTON, EU.- Mientras se iniciaba una investigación en su contra, el ex secretario del Tesoro, Paul O’Neill, dijo que si pudiera retiraría algunas de las declaraciones que hizo en un libro sobre los propósitos del Gobierno del presidente George W. Bush sobre Irak porque en su opinión fueron “distorsionadas”.
O’Neill rechazó por un lado de acusaciones de que reveló información “clasificada” al periodista Ron Suskind y que motivaron el anuncio oficial de que el Departamento del Tesoro, antes a su cargo, iniciaría una pesquisa para determinar si había incurrido en un delito, lo que motivó denuncias de que era una represalia gubernamental.
O’Neill precisó que la divulgación de documentos había sido consultada y aprobada con el abogado general del Departamento del Tesoro.
En el libro “The Price of Loyalty” –“El precio de la lealtad”- de Suskind, se consigna la creencia de O’Neill de que los planes para la guerra contra Irak comenzaron literalmente al mismo tiempo que el Gobierno de Bush y que el propio mandatario parecía “desconectado” del mismo.
Pero en declaraciones hechas ayer a la cadena NBC, O’Neill apuntó que “la gente trata de hacer el caso de que dije que el presidente planeaba la guerra con Irak desde el inicio de su Gobierno. En realidad era continuación de un trabajo que se hacía desde el Gobierno previo de William Clinton, con la noción de que se necesitaba un cambio de régimen en Irak”.
Paralelamente el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, rechazó las afirmaciones atribuidas a O’Neill respecto a la atención del mandatario sobre los detalles de su Gobierno. El general Hugh Shelton, ex jefe del Estado Mayor Conjunto bajo el régimen Clinton, comentó por su parte que durante los primeros meses del régimen Bush no había visto nada que indicara planes para atacar a Irak.
