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BOGOTÁ, COLOMBIA.- El dirigente paramilitar colombiano Adolfo Paz desmintió que el jefe de las ultraderechistas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), Carlos Castaño, esté muerto y afirmó que el líder insurgente desaparecido en abril pasado debe estar “bien”.
“Creo que Carlos debe estar bien”, aseguró Paz en una entrevista que publica ayer el semanario El Espectador, tras lo cual calificó de perversas las versiones sobre su supuesta participación en un ataque contra Castaño en la occidental región de Urabá.
El dirigente, apodado “Don Berna”, recordó que “ya lo dijo el comandante (Salvatore) Mancuso: no hubo atentado. Fue un incidente entre tropas que regresaban de Urabá con la escolta de Castaño”, en alusión a los confusos hechos ocurridos el mes pasado.
Castaño desapareció el 16 de abril pasado luego que un comando armado, al parecer de su misma organización paramilitar, atacó la finca donde se encontraba, en las inmediaciones de la localidad noroccidental de Necoclí, en Urabá.
Desde entonces han surgido varias hipótesis sobre lo sucedido, entre las que se menciona la posible entrega voluntaria de Castaño a la justicia estadounidense para negociar beneficios judiciales a cambio de entregar informes sobre rutas del narcotráfico.
Algunos investigadores, en cambio, creen que Castaño pudo haber sido asesinado por orden de otros dirigentes de las AUC, entre ellos “Don Berna”, ante el temor de que suministrara datos a la justicia de Estados Unidos que los pueda comprometer.
De acuerdo con medios de prensa, el Ejército colombiano encontró en las últimas horas una fosa común con varios cadáveres en la zona donde ocurrió el ataque contra Castaño, lugar en donde podría estar el cuerpo del jefe político del grupo paramilitar.
Las tropas oficiales que rastrearon el área, sin embargo, negaron ayer a radio Caracol haber encontrado una fosa común, aunque informaron que se realizan operativos para encontrar a Castaño “sin resultados tangibles”.
Paz, que en realidad se llama Diego Fernando Murillo Bejarano, señaló en la entrevista con el semanario que los grupos paramilitares de ultraderecha mantienen “su inquebrantable voluntad de paz” y que el proceso con el Gobierno para su desmovilización “es en serio”.
Las AUC, acusadas de múltiples violaciones a los derechos humanos, iniciaron hace un año negociaciones con el Gobierno del presidente colombiano Álvaro Uribe Vélez para su desarme y reinserción social antes de 2005.
El proceso, sin embargo, enfrenta obstáculos ante los reparos de la comunidad internacional y los grupos sociales a los castigos menores que se les aplicaría a los paramilitares autores de delitos atroces, ley que se encuentra en estudio en el Congreso.
Paz consideró que la Ley de justicia y reparación, que contempla reclusión domiciliaria entre otros beneficios para autores de crímenes, “no es atractiva para ningún actor armado que quiera sentarse a dialogar”, tras lo cual pidió garantías jurídicas.
Las AUC piden para su desarme que el Estado colombiano les reconozca estatus político, que frene la extradición de sus líderes a Estados Unidos y se ordene la excarcelación de unos cuatro mil de sus miembros.
Paz, quien concedió la entrevista rodeado de 30 guardaespaldas en las montañas de Colombia y que ingresó a las AUC en 1992, enfatizó que “no desistiremos ni claudicaremos ante el clamor de todos los colombianos de construir un nuevo país”.
Recordó que fue el propio Castaño quien lo llamó Adolfo Paz y que ejerce como “inspector” de las AUC, cargo creado para recibir las quejas de la población civil sobre acciones cometidas por los paramilitares que violen los derechos humanos.