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Despertando al sueño de Dalí

POR HUGO CASTRO

Cien años después de su nacimiento, Salvador Dalí sigue siendo una rebeldía a lo cotidiano.

EL SIGLO DE TORREÓN

TORREÓN, COAH.- Cierra los ojos y la realidad deja de ser lo concreto como se presenta ante nuestros sentidos. Los escenarios, colores e imágenes que rondan en nuestro cerebro se guardan ahí en el recuerdo. Esa irrealidad capaz de perturbarnos y de dejarnos inquietos, pocos artistas la han logrado aprovechar, transportándola a nuestra realidad.

Uno de ellos fue un loco, con su forma de vida le dio nombre al surrealismo, a lo inconsciente le brindó su espacio, dejando una herencia plástica propia de alguien que amaba el arte, el dinero, la agresión, la locura en sí.

Salvador Dalí fue todo y sin medida, su forma de ser se plasmaba en la pintura. Su vida era su propia obra, la cual se desarrollaba entre lo sublime y la genialidad, como lo grotesco y lo onírico. De ahí que su actitud ante todos chocaba con lo establecido, la admiración que generó no tenía otro objetivo que la fama. Estrafalario e incoherente, se alejaba del mundo como en busca de una realidad que pudiera ser lo suficientemente aceptable para él.

Su nombre se ha trivializado y todo ya es Dalí, todo lo que vaya contracorriente, al grado que si cobrara regalías, recibiría cheques de todo el mundo. Pero eso era hasta cierto punto su razón de ser, su genio era grande, como su nombre completo su nombre debió ser la primera excentricidad, todavía no consciente, de su vida: Salvador Domingo Felipe Jacinto Dalí.

Pero lo importante de su aporte a la pintura es la recreación de símbolos, lo que aparece de una forma pero nos dice otra cosa, aquello que se monta en el lienzo en color y en la mente llena nuestro espacio para dejarnos en una actitud de asombro.

Coinciden muchos en reconocer su exquisitez en gran parte de sus pinturas, pero al mismo tiempo nos depara en cada trazo la necesidad de identificar el todo.

Influenciado por su tiempo, pintó con todos los estilos de su tiempo, se alimentó de la filosofía de Kant, Nietzsche, Spinoza y Descartes. Tuvo “amigos” de su altura como García Lorca, Buñuel, Bretón, entre otros; de quienes disfrutó al máximo en lo que coincidían y se alejaba de ellos por su radicalidad. Entre las anécdotas que se ha inventado, se cuenta que André Bretón lo expulsó del grupo de surrealistas, a lo que Dalí comentó que eso era imposible, ya que él era el surrealismo.

Relojes blandos, cuerpos distorsionados, hormigas que abundan como la muerte y otros motivos forman parte de la iconografía del genio. Sin lugar a dudas la mayor inspiración de su obra fue Gala, su pareja, alter ego y amante de toda ocasión.

De ella tuvo la motivación suficiente para superarse, ya que pocas cosas maravillaban a Gala, a pesar que Dalí pintaba cosas diferentes, ella solo lo tomaba como algo normal, así su respuesta era un reto de cada día para el pintor.

Acercarse a la obra de Dalí es como sentir el frío filo de la navaja sobre nuestros ojos, que con un corte fino nos saca la retina para mostrarnos que la realidad se viene abajo ante la genialidad de un personaje fuera de lo común, como en el Perro Andaluz, de Buñuel-Dalí.

Cien años después de su nacimiento, Dalí es la referencia más artística del siglo pasado, su nombre es surrealismo, pop, locura, un cóctel peligroso para quien piensa en el pintor como mera referencia para una charla de café.

Todo lo que de sus manos brotó fue una rebeldía a lo cotidiano, algo a lo que en este tiempo se le tiene miedo y sólo es posible en las personas con un genio que va más allá de una pose.

Dalí cumplió con un cometido: Despertarnos al sueño y llevarnos a saborear la irrealidad plena.

GALA, EL AMOR

Elena Dimitrovna Diakonova, nacida en Rusia e hija de un funcionario moscovita, poseía una gran sensibilidad para el arte y notorios atractivos físicos e intelectuales. Estuvo en el grupo de surrealistas, muchos de los cuales estuvieron enamorados de ella.

Estando casada con Paul Eulard en la primavera de 1929, conoció a Dalí. La pareja prometió a éste visitarlo en Cadaqués durante el siguiente verano. Este encuentro se dio, estuvieron también Buñuel, Magritte y la esposa de éste.

El amor de Dalí por Gala, diez años mayor que él, explotó entonces; realizaba numerosas extravagancias para captar la atención de Gala, tales como depilarse las axilas tiñéndoselas de azul, untarse excremento de cabra y colocarse un geranio rojo en la cabeza. Su emoción era tal, que cada vez que Dalí intentaba hablarle, éste era objeto de ataques de incontrolables risas.

Durante un paseo por Cabo de Creus, Dalí cayendo a sus pies convulsionado de risas, le confesó su amor; ella, apretando su mano le dijo, “...niñito mío, no nos separaremos nunca...” ; esto daría a Dalí la sensación de haber sido comprendido de una manera casi divina.

Dalí cuenta en su vida secreta: “...su cuerpo tenía una complexión infantil, sus omóplatos y sus músculos lumbares, la tensión de los adolescentes, la curva de la espalda, por el contrario, era extraordinariamente femenina y unía con gracia el torso enérgico y altivo al fino trasero que su talle de avispa hacía todavía mas deseable...”

Gala tuvo una gran influencia sobre la vida y obra de Salvador Dalí. Murió el diez de junio de 1982. Cuando la noticia fue dada al pintor, éste dijo “...no está muerta, no morirá nunca...”.

SUS FRASES

Tan polémico por su obra, como por su forma de ser. He aquí algunas de las frases de Salvador Dalí que se convirtieron en célebres.

-“Amar al dinero como yo lo hago, no es nada mas que misticismo. El dinero es una gloria...”.

-“Yo no uso drogas. Yo soy una droga...”.

-“Es el buen gusto y solamente el buen gusto, lo que tiene el poder de esterilizar y es siempre, el principal impedimento para la creatividad...”.

-“La única diferencia entre un loco y yo, es que el loco cree que no lo está, mientras que yo sé que lo estoy...”.

-“La única cosa de lo que el mundo jamás tendrá suficiente, es la exageración...”.

FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón

PARA LA POSTERIDAD

Momentos trascendentes en la vida de Salvador Dalí.

1904: Nace el 11 de mayo en la calle Monturiol de Figueras. Se le da el mismo nombre que a otro hijo nacido diez años antes y que murió en 1901. Este hecho será traumático en su biografía, al tener que llevar de pequeño flores a una tumba que tiene su nombre.

1912: A pesar de tener un padre republicano, federal y laico envía al joven Salvador a la escuela religiosa de los Hermanos de la Doctrina Cristiana.

1914: Cursa bachillerato con los Hermanos Maristas, donde se hace famoso por sus excentricidades y falta de afición a los estudios.

1919: Se lleva a cabo la primera exposición de su obra en el Teatro de Figueras, donde unos años después se construirá el Museo Dalí.

1921: Muere su madre Felipa, acontecimiento que causará dos reacciones muy contradictorias en años posteriores. Por un lado, llega a afirmar que “me era totalmente necesario alcanzar la gloria para vengar la afrenta que representó para mí la muerte de mi madre, a la que adoraba religiosamente”. Eso fue después que años antes el grupo surrealista le impusiera, como a todos sus miembros, rechazar públicamente su pasado, su familia y sus amistades. Para ello Dalí presenta un cuadro con la forma de un Sagrado Corazón, en el que escribe “yo escupo sobre mi madre”. Esto provoca la ira de su padre que le expulsa del hogar en 1929. Ese mismo año ingresa en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid y es aceptado en el grupo de la Residencia, junto a Luis Buñuel y Federico García Lorca, entre otros.

1921: Es expulsado de San Fernando, para luego iniciar sus estudios en la Academia Libre y más tarde, ser readmitido en San Fernando en 1925; pero en 1926, es expulsado definitivamente porque se rehusa a ser evaluado por “tres ignorantes catedráticos”. A partir de ese momento, su vida se ve envuelta en el escándalo y la excentricidad.

1929 : Graba en París junto a Luis Buñuel Un Perro Andaluz. Presenta su primera exposición en la capital francesa, prologada por André Bretón. Desarrolla en varios escritos el método paranoico-crítico y pinta conforme a él.

1930: Se presenta La Edad de Oro. La Liga de Patriotas se manifiesta contra la película y se destruyen los cuadros que decoran el vestíbulo de Dalí, Miró, Tanguy y Max Ernst. Ilustra el Segundo Manifiesto Surrealista.

1933: Se marcha a Nueva York con Gala. Expone en la Galería Julien Levi y a su regreso a París es expulsado del movimiento surrealista, a lo que Dalí responde “no podéis expulsarme, porque yo soy el surrealismo”.

1936-39: Vive en Italia durante la Guerra Civil Española. Recibe con frialdad la muerte de García Lorca. Cuando estalla la Segunda Guerra Mundial, se instala en Arcachon y cuando los alemanes invaden Francia, se traslada a España, va a ver a su padre y sigue camino hacia Lisboa para viajar hasta Estados Unidos, donde reside hasta 1948.

1948: Regresa a España y se produce una vuelta al clasicismo en su obra. Pinta las primeras obras religiosas. Escribe el manifiesto místico, donde explica el arte nuclear.

1966: La galería de Arte Moderno de Nueva York le dedica la mayor retrospectiva a un pintor vivo. Su obra y su vida empieza a ser todo especulación y una vez más, en busca de la notoriedad, se proclama contrario a la comercialización del arte. No se interesa por la pintura que le es contemporánea.

1970: Publica Dalí, por Dalí. Inician las obras para construir el Museo Dalí de Figueras.

1979: Con motivo de su 75 cumpleaños, se celebra una retrospectiva en el Centro Pompidou de París.

1982: Gala muere el diez de junio, Dalí abandona la pintura y su actividad pública se reduce.

1989: El 24 de enero muere Dalí en su castillo de Pubol y es enterrado al día siguiente en el teatro-museo de Figueras.

FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón

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