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Despertó el gallo/Estrictamente personal

Raymundo Riva Palacio

Santiago Creel ha realizado, en la última semana, un blitz mediático.

Cuando los diputados se enfrentaban en la última batalla por el presupuesto el miércoles de la semana pasada, el secretario de Gobernación, en una fonda de la ciudad de México, atestiguaba un simulacro de terremoto. Al terminar el ejercicio recibió saludos, besos y se dejó fotografiar, lejos de cualquier bala perdida que lo pudiera alcanzar en el Congreso.

Al final, los diputados, el presidente Vicente Fox, el secretario de Hacienda y el Gobierno en general, salvo él, habían quedado heridos en la refriega por el presupuesto. En los días aciagos de la negociación, Creel se fue a hacer relaciones públicas y cuando al Gobierno al que le profesa lealtad estaba tirado en la arena, derrotado, se volvió a asomar para iniciar su rescate, sin mancha o herida alguna.

Dos días antes fue invitado de honor al informe que dieron los diputados panistas del Distrito Federal en el Lienzo del Charro, donde en un acto político sui generis, más que reporte de actividades lo que se organizó fue una charreada de apoyo para el secretario. Ahí planteó a los medios que dejaran de hacer más escándalo de los escándalos políticos, particularmente de los que afectan René Bejarano, ex operador político del jefe de Gobierno capitalino, Andrés Manuel López Obrador.

Cuarenta y ocho horas antes se había dejado retratar junto a una brigadista voluntaria de 104 años de edad en un evento sobre situaciones de desastre, en el que se hizo acompañar de varios medallistas olímpicos. En ese evento volvió a repetir la temática. Háganle la “Ley del hielo” a los protagonistas de los escándalos, dijo, “para qué hablar de videos o de grabaciones cuando tenemos un trabajo tan intenso en el Congreso”.

El blitz mediático había tenido efecto.

Mostrar a un Creel prudente, alejado de los conflictos políticos, pidiendo seriedad, tratando de limpiar la putrefacción de los videoescándalos, le dio resultados. En la última encuesta de preferencias presidenciales publicada este lunes por El Universal, el secretario de Gobernación apareció por vez primera en la punta, arriba del ex indestructible López Obrador.

Entonces, comenzó la segunda parte del blitz mediático.

Una vez posicionado arriba en las encuestas, había que consolidar la posición. Por eso, desde que arrancó la semana, ignoró lo que dijo él mismo la semana anterior y pasó a la ofensiva. ¿Olvidarse de los videoescándalos? Para qué, en este momento, sí le puede dar crédito político.

En Villahermosa, Tabasco, la tierra de López Obrador, pronunció un discurso donde, el lugar de alejarse de los escándalos, los estimuló. ¿Dónde quedó el dinero de Bejarano?, repitió con sorna Creel a su audiencia. “Ya todos lo imaginan”, remataba la arenga.

Regresó a la ciudad de México y en la Secretaría de Gobernación se refirió a un antecesor, a quien no mencionó por nombre, Jesús Reyes Heroles, para criticarlo por haber dicho allá en los setenta que en política la forma es fondo. Aunque la frase le pertenece más bien a Friederich Nietzche, de quien la tomó prestada Reyes Heroles, Creel la utilizó para criticar al PRI, que va en ascenso electoral y asegurar que aquélla era una manera de ocultar la esencia autoritaria del poder priista. Nosotros, dijo del Gobierno foxista, no aceptamos esa forma de hacer política.

Creel, como cualquier político del viejo sistema, miente a los mexicanos. Él también es tramposo. ¿Pedir que los medios informativos ya no se ocupen de los videoescándalos y luego fincar en ellos un discurso electorero? ¿Criticar la frase de la forma es fondo cuando lo único que ha hecho es cuidar las formas para avanzar políticamente? Pero también, como a cualquier político del viejo o del incipiente nuevo sistema, no se le puede censurar que utilice la demagogia, la retórica y los trucos para engañar al electorado.

El secretario de Gobernación, engañando, manipulando, haciendo uso y abuso de los recursos del Ejecutivo para ir consolidando su candidatura presidencial, se encuentra dentro de los parámetros de la política nacional, que ha hecho de esos recursos una divisa de uso corriente. Esto, por supuesto, no quiere decir que esté dentro de la legitimidad política, ni que esté bien en términos de equidad electoral. Creel viola esos principios, contando con el apoyo del propio Presidente. El acto en Tabasco fue similar al que realizó Felipe Calderón en Jalisco hace unos meses; a Creel no le pasó nada, pero a Calderón le significó la renuncia como secretario de Energía.

El Presidente está jugando ya la elección con su candidato Creel que está jugando con los electores. La maniobra no deja de ser bastante burda. Protección absoluta para Creel desde la Presidencia, con acceso abierto a los medios electrónicos. Ausencia de legislación para contabilizar estos gastos de precampaña electoral e inequidad total para los demás contendientes del PAN a la Presidencia. ¿Qué hay de nuevo en esto? Nada. Estamos viendo la conformación de esquemas como el Pemexgate o Amigos de Fox, ante la mirada pasiva y complaciente de todos. No lamentemos después, ni nos rasguemos las vestiduras. Quien puede prender las luces de alerta, el IFE, está mudo.

Quienes pueden introducir controles a esto, los legisladores, no legislan. Quienes pueden quejarse de la inequidad que ven, los panistas, están gritando al vacío, porque ni los medios, ni los electores, les están haciendo caso. Así llegaremos a 2006, repitiendo las amargas enseñanzas de 2000 y sus financiamientos ilegítimos a campañas electorales, cerrando el círculo vicioso y descubriendo que en seis años no hicimos nada para avanzar políticamente, tirando un sexenio lleno de oportunidades, a la basura.

rriva@eluniversal.com.mx r_rivapalacio@yahoo.com

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